Desequilibrios

—Pierdes empuje con los años.

—Pero no ansiedad; no está bien hecho esto.

Objetos viejos

—¿A qué viene tu apego a todos estos objetos viejos?

—Supongo que me siento identificado.

—Vamos, que no eres nostálgico, sino narcisista. Y sin motivos.

New Adventures in Hi-Fi

En casi todas las fotos de mi casa que aparecen en Google Street View aún vivía mi padre. El tiempo se ha detenido en ellas, que es un tópico muy habitual cuando se habla de fotografía. Una casa siempre es igual en la memoria, pero gracias a la tecnología podemos percibir los cambios mínimos en su apariencia. Las manchas, las plantas, las grietas. También el aspecto natural que tenía antes de que mis padres decidieran poner la bandera española en una ventana para que los vecinos no pensaran que éramos uzbekos o algo así.

Cuestiones

—¿Qué tal si quedamos?

—¿Por qué querría yo una segunda parte de mis errores?

Regeneración

¿Cómo diferenciar lo efímero de lo infinito cuando sólo podíamos analizar errores?

Un mundo lleno de gente banal

El mar estaba al fondo como una metáfora de vete a saber qué. Cualquier excusa era buena para analizar la propia vida.

Truncado

Siempre fue demasiado tarde para los sueños de juventud.

Discordia

Tengo la cabeza llena de referencias en un mundo cada vez más vacío.

Vanas esperanzas

Vivía convencido de que un día le serían reconocidos todos sus méritos y por fin averiguaría cuáles eran.

Renovación

Vendió todas sus pertenencias para marcharse muy lejos de la ciudad de sus fracasos y poder fracasar en otros lugares.

Miscelánea

Llevo tus frases como cadenas (de palabras) al cuello, le dijo. Tus besos como pendientes en las orejas. Tus caricias como huellas en la arena. Le dijo cosas así toda la noche, mientras tuvo alcohol.

La ciudad

Me enamoré de la ciudad, pero, como era habitual, esta no me correspondió y tuve que abandonarla para evitar malentendidos e incomodidades.

Futuros posibles

Era sensato pensar en los futuros posibles, pero también muy deprimente.

Eternidad

—¿Te da miedo la muerte?

—Para nada. Mi ego me sobrevivirá.

Roles

¿A quién no le gustaría ser el héroe de la historia en vez de un personaje peculiar? Pero es la mirada del narrador la que determina tu papel, dado que puede malinterpretar a placer tus acciones.

Refugio

Me encanta volver a esa sensación tan agradable de inteligencia cuando algo sale bien por azar.

Agitprop

Un millón de lectores, repetía todo el rato y nadie sabía si era un objetivo, un hecho o un deseo. Como si emulara a Catón, que añadía al final de sus discursos que Cartago debía ser destruida, tuviera relación o no con el tema. Como si fuera un mantra que le diera paz mental o quizá creyera que, de tanto expresarlo, se convertiría en realidad al insertar esa idea en las cabezas de los demás. Un millón de lectores.

Un millón de lectores

Teníamos un plan. Ambicioso, decían algunos con educación. Irrealizable, decían los brutalmente sinceros. Pero esas alegaciones carecían de importancia. Era un plan meticulosamente diseñado sobre el papel y eso ya bastaba, aunque explicarlo en voz alta a un pequeño cónclave ayudaría sobremanera.

Hacer

El secreto es tomarse la vida con calma para no precipitarse y cometer errores, pero hasta cierto punto o se acaba antes de que te des cuenta. El caso es que nunca sabes si lo estás haciendo bien.

Desembarazarse con éxito de todas las limitaciones del escritor novel

Es sencillo, me explicaron. Lo primero es olvidar toda floritura innecesaria y escribir acorde a nuestra época. Hay que ser absolutamente moderno, que decía Rimbaud. Es cierto que la modernidad actual es bastante fea y puede también que el público no sepa lo que quiere, pero lo espera igualmente. Aunque de usted no espera nada, por mucho que se esfuerce, así que será mejor que lo deje y, por fin, consiga de este modo desembarazarse con éxito de todas las limitaciones del escritor novel.

Trampas de la memoria

—Con el debido tiempo, la gente empieza a ver con nostalgia incluso cosas que despreciaba.

—Vaya, a ver si me llama alguna mujer de mi pasado.

Conducción segura

Montado en ese extraño vehículo que lo conduce a ninguna parte, va pisando de forma aleatoria los dos únicos pedales que tiene: sexo y literatura. Y se estrella todo el rato.

Ínfulas

Mi mayor delirio de grandeza es creer que tengo el ego de Kafka.

Hibris

A ella le gustaban los peores hombres y él quería ser uno de ellos.

Lost in translation

Una queja habitual de alguien que debe expresarse en otro idioma es la de que no puede demostrar lo gracioso o realmente inteligente que es en su lengua materna. A mí me pasa igual, pero con las clases de conducir, que me gustaría irme a casa habiendo convencido a mi atribulado profesor de que no soy un patán absoluto fuera del coche.

Pater familias

Su padre parecía saberlo todo, así que decidió ser padre como camino a la sabiduría. Sin embargo, cuando sostuvo por primera vez en los brazos a aquella criatura indefensa, comprendió que aún sabía menos que antes (lo que, paradójicamente, era aprender algo).

Traiciones del lenguaje

La felicidad lo embargó por completo, lo que supuso un duro revés para su economía.

Afines

—Pienso mucho en ti últimamente.

—¿Sí?

—Puede que sea porque estoy leyendo una biografía de Hitler.

—Imbécil.

Calcos

Sucede que leo las biografías de grandes hombres y encuentro muchas similitudes conmigo, exceptuando la falta de talento en mi caso.

Pioneros

Los hombres llamamos guapa a una mujer como si nos creyéramos los descubridores de un continente ya habitado.

Drive

Tardíamente, como el resto de las cosas, inicio las clases prácticas de conducir. Todo a mi alrededor va muy deprisa, me parece no tener nada de control y todo el rato temo estrellarme. Una metáfora perfecta de mi vida.

Un salto en la oscuridad

Debería tener ya una novela nueva terminada; hay quizá decenas de personas en este país esperándola.

Eterno retorno

Y lo sigo intentando, claro; el enésimo remake hollywoodense de mis sueños de juventud.

BDSM

—Ella me hablaba continuamente de su misión y disciplina y yo no entendí que me hablaba del ejército.

El sitio de un solo hombre

Nadie sabe que esperas tu oportunidad. Cargado de energía negativa, con los pelos erizados, aguardando una falla en la lógica de todo esto, una escisión en la personalidad que te permita entrar allí donde nadie conoce tu nombre. Cualquier día.

Videojuegos

El ánimo completista de realizar las misiones secundarias de la vida, pero no poder ni con las principales.

Necesidades creadas

Por qué querer algo cuando podíamos conformarnos con nada. Además, era mucho más sencillo de lograr. Es fantástico cuando el punto de partida y el destino coinciden.

Cronista

—¿Contarás nuestra historia?

—Sólo si se me ocurre cómo adornarla para quedar bien.

Teoría de juegos

La vida es un juego, dicen, aunque no se trata de un sencillo pasatiempo infantil, sino que hay que conocer sus reglas y memorizar las posibles jugadas. Podríamos afirmar que se parece al ajedrez, pero también a los juegos de cartas, puesto que en la vida se sortean las piezas con las que tienes que jugar.

Creíble

A veces nos sentíamos rodeados por la atmósfera de los lugares reales, pero esto es habitual en las fantasías.

Prioridades

Descubrieron que se soltaban las costuras de la realidad, pero sólo por un lado, así que todavía no era urgente.

El último recurso

Por fin comprendió que ya sólo le quedaba tratar de arrastrar a los demás al pozo de la vergüenza del que no conseguía salir.

Enseñanzas

—Yo entiendo la teoría de la vida, pero soy incapaz de ponerla en práctica.

—¡Afortunado! A mí la teoría me suena a arameo.

Pasos de baile

Hay que tomarse la vida como una coreografía que uno debe aprender. Una con piruetas y malabares.

Perfeccionismo

—Si no puedo hacer bien algo, prefiero no hacerlo en absoluto.

—Eso explica tu inactividad.

Derrotas

Nada de esto era suficiente, pero había que intentarlo aunque ni siquiera se nos fuera a reconocer el valor.

Previsor

Apunto todas las historias que jamás escribiré, como si fuera a tener la oportunidad en una próxima vida.

Kamikaze

—Confía en tu instinto.

—Dice que me estrelle.

—Entonces no.

Apologías estúpidas

Resuenan las gotas de lluvia en el techo y tiemblan los recuerdos en la memoria como fuegos fatuos y blablablá. Inútiles las palabras y las imágenes, sólo quedan las sensaciones más primarias. Y, sobre todo, el hambre.

El yogui

Meditaba para ampliar su conciencia y alcanzar el infinito, pero tuvo que dejarlo cuando empezó a sufrir interferencias con los pensamientos ajenos, que eran terriblemente mundanos.

El buen soldado

Suenan tambores de guerra en Europa, pero, por suerte, yo ya sólo tengo edad para que me llamen a filas cuando la derrota sea inminente.

Generoso esfuerzo

Siempre intento dar lo mejor de mí: el sarcasmo.

Lecciones de realidad

No deja de ser irónico que los ronquidos de un desconocido en el autobús te recuerden la imposibilidad de tus sueños.

Malabarismos

«¡Eh, miradme, sin manos!», grito mientras me estrello en una habitación vacía.

Perogrulladas

El mundo terminará, qué importancia tendrá todo esto entonces, argumentaron. Pues ninguna, supongo, contesté, pero la tiene ahora que estoy aquí.

Testimonio

¿Leerá alguien esta memoria fragmentada que se va acumulando año tras año? Hay esperanza, puesto que al menos es gratis.

Turno

—Hace tiempo que pasó tu momento, apártate a un lado y deja de molestar con tu vida.

—Pero si nunca ha sido mi momento.

—Ah, pues mala suerte.

Hojas caducas

Leo en un archivo viejo de Word: «Escucho a Leonard Cohen y se me revelan los secretos del mundo (la respuesta es la mujer, aunque también el misterio). Qué haría yo si se muriera de pronto Cohen, que me ha acompañado toda la vida. Give me a Leonard Cohen afterworld, que cantaba Kurt Cobain». Es bonito consignar la ingenuidad para poder volver alguna vez a ella.

Los cien días

Cómo esperar un breve periodo de restauración y nueva esperanza, si nunca llegué a reinar.

Una frase enigmática

«Yo sé cómo tendría que ser para gustarte. Bueno, para gustarte más», me dijo al principio. Una frase enigmática, ¿a qué se refería? Porque lo cierto es que ella me encantaba. Le pregunté, pero no quiso contestarme. Sólo se me ocurría que, claro, me gustaría más si estuviera enamorada de mí. En cualquier caso, nunca me lo explicó.

La era de los descubrimientos

—Es bonito cuando eres joven y todavía no sabes quién eres.

—Sí, luego lo descubres, pero al haberte quedado sin esperanzas es un golpe más fácil de asumir.

Los tiempos difíciles

Teníamos quince años y Lorena se sentía ofendida por mi interés romántico hacia ella. Esto era porque, en el microcosmos de la adolescencia de los años noventa, el valor social de una persona se veía determinado en parte por el tipo de admiradores que tenía. Que un chico friki y de nulo atractivo fijo se fijara en ti te devaluaba, te convertía en objeto de burla de tus amigas, que te hacían ver que de pronto estabas al mismo nivel que el feo ese que te miraba con ojos soñadores. Algo habrías hecho mal para que un chaval así se hubiera enamorado de ti, sin duda.

Desamores

Escribir de una chica que no te quiere, qué cliché. Aunque el rechazo al final me liberaba de una manera extraña: no dependía de mí. Como si no fuera algo personal, aunque precisamente no podría serlo más, puesto que se trataba de un no a la totalidad de mi ser. Pero uno no puede cambiar su físico (a menos que se opere) o su personalidad, así que no había nada que hacer. No dependía de mi voluntad ser fundamentalmente otro, no existía estrategia alguna o pasos a seguir. I learned that love was out of my control, que cantaba Leonard Cohen.

El infinito

El anciano conectaba cada noche con el infinito cuando se asomaba por la ventana a admirar el cielo estrellado.

La dulce rutina

Veinte años viniendo por aquí a contar cosas que no interesan a nadie, como si fuera la cosa más natural del mundo. Una rutina improductiva de dos décadas, pero precisamente por su extensión en el tiempo me cuesta imaginarme la vida sin ella.

A la tarde

Oigo un rumor de pasos bajando por la escalera y me digo que es la vida, que se marcha.

El asedio

Más de veinticinco años insistiendo con la literatura a pesar de todas sus negativas. Nunca aprendo.

Repugnante ofrenda

La memoria a veces te trae recuerdos a la manera de un gato que te ofrece el cadáver de un pájaro.

Labores agrícolas

Durante muchos años cultivé la literatura a pesar de que sólo me dio malas cosechas. Seleccioné con mimo y esmero las que creí mejores ideas para germinar, podé tramas sobrantes, eliminé erratas de los surcos. Pero la tierra estéril únicamente me devolvió indiferencia.

Un día normal

Hacíamos la lista de la compra mientras desayunábamos sin sospechar que, justo en ese momento, la muerte se estaba llevando a un ser querido.

El gurú

La idea era liberarnos de todos los accesorios que suponían una carga para una vida sana y alcanzar por fin el equilibrio precario y emocionante que merecíamos.

Letra muerta

¿La identidad es innata o es otorgada? Es agradable creerse escritor, aunque cabe preguntarse si realmente lo eres cuando careces de lectores. Has creado una obra, vale, pero dicha obra sólo vive si alguien la lee. Esto es como la vieja pregunta filosófica del árbol que cae en el bosque sin nadie para oírlo. Si un escritor tropieza en un bosque, ¿hace ruido al romperse la crisma sin lectores a los que importe? Es complicado.

La llamada de atención

—Mi vida es el largo grito de auxilio de un hombre que se ahoga en medio del océano, lejos de todo.

—Más bien es como si estuvieras en la piscina y nos estropearas las vacaciones.

Ciencia

Buscaban un elemento inmutable en la naturaleza y lo hallaron en el desprecio.

Descompás

Era bonito ser un chaval con pretensiones porque el tiempo todavía podía darte la razón. Ahora ya es tarde y te has convertido en un tipo ridículo que intenta dar lecciones de vete a saber qué.

Permisos

Me encantaría perder el tiempo contigo, pero mi psicoanalista todavía no me ha dado el alta.

Tú y yo

Todos queremos que nos digan que somos especiales. Pero, sin duda, se requiere una personalidad diferente para estar conmigo. Y no te digo para permanecer a mi lado durante años.

Fortuna dubia

¿Por qué no exponerse a los elementos? Que no se dijera que no mostraba iniciativa, que no pudieran acusarlo de renuencia ante los caprichosos vaivenes de la fortuna. Aquí habíamos venido a jugar, aunque no supiéramos a qué.

Intermitencias

Todos tuvimos un pasado con expectativas de futuro, lo que pasa es que la vida se nos fue en diversas ponencias en las que se discutieron hasta la saciedad multitud de puntos, sí, pero sin llegar a acuerdos de ningún tipo.

Choques narrativos

—Qué cliché toda esta pérdida de tiempo, ¿no? Cuando podríamos haber sido felices desde el primer momento.

—Pero la felicidad inmediata carece de verosimilitud.

Economía del esfuerzo

No hicimos planes para la contingencia de que las cosas salieran bien, somos gente seria.

Capitalismo

«Yo tengo mentalidad de tiburón», repetía sin entender que vivía en una pecera.

Logos

A veces me siento como un adolescente que cree saberlo todo, pero luego recuerdo que ya tengo cuarenta y cinco años y todavía no he conseguido saber nada.

Vago

Resulta aceptable, incluso encantador, cuando eres un adolescente atormentado o un joven adulto y no entiendes la vida, pero es incómodo para los demás cuando ya tienes cierta edad. ¿Es que no vas a sentarte a pensar en la productividad, maldito egoísta? Ya tendrías que haber asumido que esto es lo que hay y dejar de hacerte preguntas para las que nunca encontrarás respuestas. No eres tan importante, deja de cuestionarte cosas y arrima el hombro de una vez.

El ocio

Es bonito salir a la calle como una persona normal a dar un paseo, sí, pero qué hay de todas esas vidas imaginarias que me pierdo.

Ctrl + Alt + Supr

—La inteligencia artificial me dijo que debía borrarlo todo y reiniciar.

—Clásica solución informática, sí.

—Ya, pero no se refería al programa, sino a mi vida.

Guión

—¿Dirías que estás satisfecho con el papel que te ha tocado en esta vida?

—Me habría gustado tener más diálogo, la verdad.

Lo peor del ego

Que no me lean mis ex amantes es lo que más me duele. Era esperable que me rompieran el corazón, normal que a la larga no quisieran estar con un tipo como yo, pero al menos me quedaba que les gustara lo que escribo, que ahí no importaba la belleza ni el carisma. Ah, podría seguir creyendo en mi talento, pero no me dejaron ni eso.

El boicot

Mi médico es judío, algo que según las películas estadounidenses siempre es sinónimo de calidad, aunque afortunadamente a mí me sale gratis porque es el que me ha tocado por la Seguridad Social. Voy a verlo para que me recete una crema efectiva para la dermatitis y me lo encuentro completamente solo en su consulta, mirando con aire aburrido el ordenador. Enseguida se anima al verme y me atiende con su presteza habitual. Me fijo en que lleva la kipá puesta y quizá eso explique su situación de ostracismo, por la coyuntura actual con Israel, aunque qué culpa tendrá un médico malagueño de la política de un país extranjero.

Un punto en común

Todos queremos ser amados, claro que sí, dijo ella. ¿Te crees que a mí no me gustaría quererte también? Sería tan bonito encontrarnos de esa manera, suspiró. Entiéndeme, no es por quitarte importancia, pero yo soy aquí la verdadera víctima del desamor.

Las dificultades

Claro que uno quisiera vengarse de la vida, pero cómo hacerlo sin colaboración de ésta.

A traición

La existencia precede a la esencia, decía Sartre, pero sucede que la esencia se decide en un momento de la existencia sin que nadie te advierta de ello.

La historia de mi vida

Me llamaron por teléfono del ministerio de Cultura. Me habían seleccionado para un encuentro literario en un instituto y debía responder pronto con mis datos al correo electrónico que me habían mandado. Sin embargo, al colgar, comprobé que no tenía nada en el email. Esperé media hora, por si acaso, pero sin éxito. Volví a telefonear y la misma mujer me respondió abochornada pidiéndome disculpas, pues había sido todo un error y en realidad no estaba seleccionado. Me salió reírme ante tal situación de telecomedia, lo que, al menos, sirvió para que la pobre mujer no se sintiera tan mal.

Veinte años de blog no es nada

Este blog es la voz de mi memoria. Por lo tanto, es elusivo, falaz y tendencioso. Cómo podría no serlo. Dadle a un hombre un micrófono y perorará detalladas excusas durante dos décadas. Aunque sea en el desierto digital, no importa, le servirá de desahogo. De terapia eficiente a lo Sísifo. Hoy sí que lograremos subir la roca a la montaña. Si no, siempre quedará mañana. 

Desde lo alto de este destartalado edificio de veinte pisos se ve diminuto, allá abajo, el pasado, que vendría a ser el asfalto (aunque uno no puede saltar y estrellarse contra el pasado, pero nos tendrá que valer el símil). Qué joven era yo, creo, aunque a esta distancia vete tú a saber. Veinticinco años, gafas, uno setenta, cetrino, la mirada huidiza, pelo casi hasta la cintura. Yo quería ser un gran seductor, como Leonard Cohen, pero ninguna mujer susurraba mi nombre por la noche (ni siquiera en pesadillas). Hacía diez meses que me había dejado Alba y poco me imaginaba que con ello iniciaba una tendencia arrolladora de perder mujeres en los años sucesivos. Como decían en Bored to death: «We enthrall, and then we disappoint». Decepcionar siempre ha sido mi mayor habilidad, aunque la primera parte de fascinar siempre me salía de una forma completamente azarosa.

También soñaba con la literatura, claro. Publicar novelas que serían celebradas por crítica y público, traducciones a múltiples y exóticas lenguas, los premios literarios, el reconocimiento de mis pares. En definitiva, la GLORIA (léase esto como si lo cantara Patti Smith). Ah, qué de años persiguiendo MálagaCrea y otros certámenes, qué de correos electrónicos a editoriales que guardaban silencio como mis amadas a mis mensajes de móvil. Siempre la misma callada respuesta a mis anhelos, menuda pauta desoladora para un tipo que se dejaba arrullar por sus delirios de grandeza con excesiva facilidad. I fought the law and the law won, que cantaba Joe Strummer.

Ahora llevo el pelo corto y no uso gafas, pero mantengo la mirada huidiza, la altura escasa y la piel cetrina. Contra toda lógica, estoy casado con una mujer fascinante, bondadosa, atractiva y con talento que me eligió a mí en vez de escoger a cualquier otro, como sería lo normal. Qué desarrollo de los acontecimientos tan poco creíble, qué poco cuidada la verosimilitud, quién habrá escrito esta vida. En cuanto a la literatura, digamos que las multitudes son agobiantes, ¿no?

Es difícil resumir dos décadas de vida en unas pocas líneas. Pensemos por un momento en las habitaciones vacías, en los paseos solitarios, en las personas que se marcharon. Todos somos protagonistas de una historia que nadie conoce y buscamos una manera de contarla. Los blogs ya no existen, pero aquí permanezco, veinte años después, haciendo guardia entre las ruinas.

La gloria

Aquellas noches escribiendo mensajes a una chica desdeñosa. Así también mi carrera literaria.

Leading man

El protagonista no se pregunta por el bienestar de los secundarios. Si lo hiciera, dejaría de serlo. Es a través de esta manera cruel que convence a los demás de su rol en la historia.

Fitter, happier

Madurar es ir desactivando sentimientos para un mejor funcionamiento y concordia.

Ritmo

—Este año ha sido una mierda.

—Pero si estamos en enero.

—Es para que luego no digas que hablo a toro pasado.

Falsas promesas

Que íbamos a conquistar el mundo, nos decíamos, aunque carecíamos de plan. Pero no importaba, era sólo una cuestión de tiempo: el mundo caería como fruta madura. Cuando los que teníamos prisa éramos nosotros, aunque no lo sabíamos.

Jörmundgander

Deseas lectores, por lo que das entrevistas para promocionar tus obras y así consigues que la gente, que no te ha leído, también ignore tus entrevistas.

El funcionamiento

Con los años, adquieres la experiencia suficiente para maniobrar con maestría la maquinaria herrumbrosa de tu vida.

Todo para nada

—¿Serías capaz de resumir tu vida en un par de frases?

—Supongo que sí, si obviara muchas cosas.

—Digamos que conservaras lo esencial, ¿no sería apenas nada? 

—Puede ser, pero estas condiciones draconianas las estás poniendo tú.

—Me da la sensación de que cuando seamos viejos seremos capaces de resumirlo así con facilidad.

—Bueno, piensa entonces que tendremos el don de la concisión.

La comunicación

Un día tendremos conversaciones con inteligencias artificiales llenas de malentendidos a causa de errores en su programación, pero por suerte estaremos acostumbrados tras una vida de discusiones bizantinas con seres humanos.

La pira y el silencio

Siempre me han caído mal las parejas de las chicas que me gustaban y esto no cambiaba ni siquiera cuando era yo la pareja.

Sorpresas

—Yo te metería bombones en los bolsillos para que los encontraras más tarde.

—Pensaba que querías meterme otra cosa en otro sitio.

—Sí, pero entonces el sorprendido sería yo.

Prestidigitación

El gesto de amor es como un truco de magia: el efecto de deslumbramiento sólo dura un instante y se ha olvidado del todo al llegar a casa.

Espoleta

Si he practicado el autosabotaje con asiduidad ha sido sólo por sentir que tenía algo de poder de decisión en esta vida.

Pactos diabólicos

Quedamos a medianoche en la plaza. Sólo más tarde caí en la cuenta de que una plaza no deja de ser un cruce de caminos.

Un sueño tramposo

Sueño que estoy en un bar con gente joven, pero llega la hora de cierre, así que salimos a la calle. Camino unos minutos con unos chavales en dirección a su piso con la idea de seguir la fiesta, pero al llegar al portal me da mala espina su actitud. Una amiga de ellos que fuma en cuclillas le pregunta varias veces a uno si ha pagado el alquiler y este evita responder. Me parece que quiere robarme, aunque no entiendo por qué le parece bien el robo cuando no es capaz de mentirle a su compañera con lo del alquiler. Me despido de ellos para seguir con mi camino, pero el otro dice «oye, que se escapa» y de pronto el sueño me lleva a la azotea del edificio, donde no tengo escapatoria, y suenan pasos de gente que sube corriendo a mi encuentro. Esto me indigna sobremanera: ¿por qué el sueño hace trampas? Si no he caído en el engaño, ¿por qué me mete mágicamente en la situación que tenía preparada en vez de ser más convincente? ¡Qué vagancia!

La única historia

La vida mejorará, sólo necesitamos que el paso de los años nos conceda la experiencia narrativa para así contarlo.

La pelota y la palabra

Los niños sueñan con ser futbolistas y no escritores, pero es mejor lo segundo, pues la carrera de un futbolista termina, con mucha suerte, a los cuarenta años y después lo normal es que se haga entrenador o comentarista deportivo. Por el contrario, la carrera de un escritor no depende de su físico juvenil y no está obligado luego a reconvertirse en editor o crítico literario. Lo malo es que no vas a ganar nada de dinero, claro.

Choques

Sylvia Plath se presenta a un parisino:

—Bonjour. Sylvia Plath.

El parisino la corrige de muy malos modos:

—Non, non, non, madame, ça se prononce: «s'il vous plait».

Contener multitudes

¿De dónde viene la personalidad de uno, hereda ciertos aspectos del padre y de la madre o, por el contrario, son ambientales? Difícil saberlo. En mi caso, a priori, es complicado. Mi padre, por ejemplo, era un tipo muy sociable, se convertía en el centro de la atención enseguida con sus bromas; mi madre también se lo ha pasado siempre bien en las fiestas; yo soy más de intimidad: cuanto menor sea el grupo, mucho mejor, por aquello de que no haya muchos testigos de mis continuas torpezas.

ASMR

Siempre llevaba tapones en los oídos para que el infernal ruido del día a día se transformara en un relajante murmullo.

Recompensas

Es gracias al esfuerzo que he logrado mantener durante años una incipiente carrera literaria.

El contexto

Intentaba entender la vida, pero le faltaba el contexto. Todo el mundo parecía hablar de cosas que le sonaban a arameo, como si las demás personas manejaran conceptos abstractos de los que él nunca había recibido ni la menor instrucción.

Altos vuelos

En el avión, un señor grande como un becerro se duerme apoyándose contra mí en vez de contra su amigo, a pesar de que con él debería tener más confianza. 

Eterno retorno

La historia parecía reiniciarse con frecuencia, pero no variaban las tramas ni el supuesto protagonista.