La monotonía

La incomodidad de no encajar en la vida. La obligación de simular, que nunca se te ha dado especialmente bien. Pero qué se te da bien. Te gustaría creer que la queja, pero lo tuyo es sólo afición, no maestría. Incluso para quejarse hay que saber y a ti la intuición te engaña siempre.

Egomanías

Algunas personas van al psicólogo no con ánimo de mejorar, sino por seguir hablando de ellas mismas un rato más.

El adelanto

—Buenos días, me gustaría recibir un adelanto vital.

—¿Cómo dice?

—Que si fueran ustedes tan amables de adelantarme algo de la vida que he de recibir.

—Esto es altamente irregular.

—Lo sé, pero creo que me lo merezco: he sido extremadamente obediente y prometo devolver luego el tiempo que me den ahora.

—No dudamos de su buena voluntad, joven, pero la vida es una moneda muy volátil. Imagine por ejemplo que despilfarra el tiempo que le damos y, digamos, sufre usted un accidente que haga imposible su devolución.

—Entiendo. ¿Y si dejo a mi hámster como garantía?

—No es lo mismo, caballero, no es lo mismo.

Psicología sentimental

Sonia me produce un efecto Pigmalión al esperar cosas buenas de mí. Eso sí, nunca le gustan mis novelas, pero al resto de la gente le pasa igual.

Del sistema egocéntrico

Dudo mucho que eches de menos el sonido de mi voz, jamás te pareció agradable. Tampoco mi rostro, al que nunca le encontraste el menor atractivo. De lo que estamos hablando aquí, en todo caso, es de ese extraño valor que le otorgamos a la atención de los demás.

Una edad difícil

Qué mal se me dieron siempre las chicas de veintiuno. Y en este complicado campo sólo se puede empeorar con el paso del tiempo.

Otra fecha

El 18 de septiembre de 2009 no llovía, pero era la víspera de mi cumpleaños y por eso es sencillo recordarlo. Ella llevaba un vestido con la cremallera en la parte delantera. Recuerdo que, antes de quitarle la ropa por última vez en mi vida, me advirtió de que estaba de un humor de perros.

Una fecha

Llovía el 14 de febrero de 2003. Está bien que en la narración deslavazada que es nuestra vida el tiempo atmosférico colabore para fijar recuerdos en la memoria. Sobre todo si tenemos en cuenta que llegamos empapados a su casa. Era nuestro último día de los enamorados, aunque quizá ella ya lo estuviera de otro, cómo saberlo.

Las 7:25

A las 7:25 de la mañana se ilumina el rellano y él sabe que es la vecina, que va al trabajo. Vecina, que iluminas mis días, piensa. Al menos, mis mañanas. Piensa en salir, hacerse el encontradizo y decirle algo, cualquier cosa. Vale, no cualquier cosa, sino algo inteligente, significativo. Pero qué. No son horas de ingenios, sino de lugares comunes: parece que va a llover, que tengas un buen día, ya es jueves, ánimo. La banalidad como herramienta de seducción. Y se conforma con lo que tiene, con sonreír ligeramente cada mañana cinco minutos antes de las siete y media, cuando se enciende la luz del rellano.

Las redes sociales y la adolescencia

Hablan mis alumnos de sus redes sociales y me pregunto cómo habría sido mi adolescencia de haber existido entonces. Si ya era bastante complicado enfrentarse a la presión social de la vida real... No me veo teniendo instagram en aquellos tiempos, que era un adolescente taciturno, y los blogs no se estilan entre los jóvenes, así que quizá me habría decantado por Twitter y escribiría reiteradas y crípticas llamadas de auxilio que pasarían desapercibidas. En fin, que no habría cambiado demasiado la cosa.

La solución

Sucede en ocasiones que uno ha de dejar de pedir perdón y simplemente perdonarse. Pero no es sencillo. Es natural sentir más simpatía por los demás, que no te han puesto la zancadilla una y otra vez. Es más, ni siquiera te conocen de nada. A veces, ni apareces en su radar. Así que es fácil idealizarlos. Seguro que en ellos está la solución. No en ti, que sólo sabes dejarte fatal.

El valor de la belleza

Una cosa que me habría gustado ser en esta vida es guapo, creo que me habría venido bien en más de una situación. Hubiera servido, por ejemplo, para que las chicas de mi vida sintieran que perdían algo cuando me dejaban. «Sí, es muy torpe socialmente, pero ¿habéis visto qué pómulos?», habrían alegado ante sus amistades. «¡La personalidad se puede trabajar!», se habrían convencido mientras admiraban mi apostura de divinidad griega. Ay, el lujo de disponer de más oportunidades que el común de los mortales.

Una puerta al multiverso

En su carpeta de spam le aguarda una vida de ensueño. Mujeres ardientes que quieren ser sus esclavas sexuales y cumplirle las más inconfesables fantasías. También dinero a espuertas; usted no tenía ni idea, pero la red está llena de gente que, por error o por convicción, desea depositar fabulosas cantidades en sus manos. ¡Y a cambio de nada! A esto hay que sumar además los regalos de todo tipo que están esperando que los reclame, pues ha sido usted el afortunado ganador de un sorteo al que no recuerda haberse apuntado, pero no permita que la mala memoria se interponga entre su premio y usted. Y todas estas oportunidades insospechadas están escondidas en una carpeta que pocas veces revisa y no sabe usted la vida que se está perdiendo en ese universo alternativo en el que algo así podría ser posible.

Cualquier día

Cualquier día empezaremos a vivir y será genial. No sólo tendremos dinero en el banco, sino también calma en el corazón. Ya no viviremos angustiados por el futuro. Ni por el pasado. Ni por el presente. Despreocupados, nos uniremos por fin a esa vida que durante tanto tiempo hemos contemplado desde lejos. Cualquier día de estos.

Una vida falsa al alcance de cualquiera

La realidad es una construcción y, por tanto, podemos modificarla. Una capa de pintura sobre este trauma, una ventana que deje entrar algo de optimismo en esta habitación y siempre podemos tirar abajo este tabique de malos recuerdos para dejarnos un pasado diáfano

Equilibrios

Yo siempre he sido un joven con alma de viejo, lo que pasa es que ahora voy igualando por fuera.

Un momento de silencio e intimidad

Los viernes sólo tengo una clase y vuelvo a casa antes de las once. Me gusta esa sensación de tranquilidad, saber que no me esperan en ningún sitio. La alegría de volver a ponerme el pijama y la bata y desayunar por segunda vez, pero ahora con calma. Prepararme un mollete con aceite y ajo y acompañarlo de un té verde. Esa paz, ese sosiego. Sin alumnos ruidosos que desprecian tus intentos de enseñarles cosas de provecho. Nada más que el silencio y yo, bien avenidos.

De la organización

Es importante tener tiempo para poder posponer todo lo importante.

Bailando

Un monitor obeso baila con entusiasmo al aire libre y sus alumnos tratan de imitarlo. Uno pensaría que no es el mejor ejemplo de que el ejercicio físico funciona, pero quizá la lección que intenta darles es de vivir con alegría o vete tú a saber.

Mecánica de fluidos

—¿Dónde están las mujeres de mi vida?

—En las vidas de otros, claro.

Síntomas

A veces me asaltan recuerdos del niño que fui y pienso que no he cambiado gran cosa. Sin embargo, me muevo en el mundo de los adultos intentando copiar sus comportamientos de la manera más convincente posible, cuando antes todo parecía hasta natural.

Un conocimiento incompleto

Se habla de los amores tóxicos, del amor romántico (aunque nunca se menciona al joven Werther), pero no hay respuestas fáciles al viejo tema. No nos vamos a curar de la noche a la mañana. Estamos mal hechos, esperamos que nos quieran como lo hacían nuestros padres (con suerte). Un amor incondicional, a pesar de nuestros defectos. El tipo de amor del que, en todo caso, disfrutaban Hitler o Mussolini, que llevó a sus amantes a compartir su suerte. Bromas aparte, ¿qué sabemos realmente del otro? ¿Y qué sabe el otro de nosotros? El ser humano siempre rellena con su imaginación los huecos que deja la realidad, no hay más que pensar, por ejemplo, en la idea de dioses. Amar es idealizar, idealizar es amar. Las relaciones humanas se asemejan a la exploración espacial: tenemos un conocimiento incompleto de una inmensidad infinita, pero podemos fantasear.

Dramaturgia

Puede que la vida sea una obra de teatro, sí, y algunos creen que aplaudir mucho les hace formar parte de los protagonistas de la misma.

El fracaso tranquilo

—Qué estresante parece el éxito, ¿no?

—Sí, suerte de no tenerlo.

La moviola

En los recuerdos, como intangibles Sísifos, repiten nuestras copias del ayer las mismas acciones una y otra vez: bailan en lugares que ya no existen como el Village Green, pasean por calles invariables a cualquier nuevo plan urbano, reaccionan en desaparecidas redes sociales como Fotolog... Y sin embargo no sabemos identificar en qué momento comenzó la decadencia.

Un día habremos muerto

Un día habremos muerto y entonces será demasiado tarde para decir nada. Tampoco importará.

Artificios

Todo eso de la vida natural está muy bien, pero a menudo el entorno es hostil y los humanos intentamos cambiarlo para sobrevivir a él. Por ejemplo, a lo largo de mi vida, todos mis esfuerzos han ido encaminados a vencer la indiferencia natural de las mujeres hacia mí.

Coda

—¿Nunca has sido feliz? 

—Sí, pero por error.