Un hombre necesita dinero y una biblioteca propia para dedicarse a la lectura. Al menos, para dedicarse a ella como es debido. El dinero te proporciona el tiempo y la tranquilidad necesarios, pues es imposible leer bien si apenas dispones de momentos para zambullirte en el libro o si tienes la cabeza repleta de problemas acuciantes. Que la despensa literaria esté llena de opciones es una condición indispensable para el buen vivir y para esto se requiere también dinero. Para ahorrar algo es importante vivir cerca de una buena biblioteca pública que reciba continuamente las nuevas hornadas. Está en juego la calidad de vida, la salud mental de las personas.
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