Los niños sueñan con ser futbolistas y no escritores, pero es mejor lo segundo, pues la carrera de un futbolista termina, con mucha suerte, a los cuarenta años y después lo normal es que se haga entrenador o comentarista deportivo. Por el contrario, la carrera de un escritor no depende de su físico juvenil y no está obligado luego a reconvertirse en editor o crítico literario. Lo malo es que no vas a ganar nada de dinero, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario