jueves, 27 de octubre de 2011

La muerte de un ratón

Quizá no dura ni cinco segundos, pero a mí me parece una eternidad. La muerte del ratón demuestra que no hay un dios. No hay finalidad en esta muerte. No hay nada. Y, por supuesto, no hay un cielo para los ratones. No tienen alma, en esto están de acuerdo los teólogos, existen para tener una breve vida y nada más. Aclaro que no trato de humanizar al ratón. Por supuesto que no tiene pensamientos complejos o sentimientos humanos. No vamos a hablar de la esperanza de un ratón. Pero seguro que le gustaba la vida, la vida ratonil. La satisfacción primaria de respirar. Comer. Dormir. No vamos a hablar tampoco del sueño de un ratón. Pero sí que ha sentido dolor. La agonía. Quizá el pánico terrible. No sé. Y todo esto para nada. Como esta pena absurda que el ratón tampoco entendería.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Peces de jardín

Dos ancianos sentados en un banco en el parque. Sujetan en las manos unos palos a manera de cañas de pescar. Pero qué podrían pescar aquí. Peces de jardín nadando entre las briznas de hierba, tal vez. O quizá pesquen escarabajos, ardillas o gatos. Sea lo que sea, no pican, aunque los ancianos esperan con paciencia.

martes, 25 de octubre de 2011

Lo práctico

Qué poco dinero he ganado con la literatura, ya es hora de que me dedique a otra cosa. A la pintura o algo así.

lunes, 24 de octubre de 2011

El misterio

Dime: ¿cómo es ser mujer? ¿Cómo se accede al misterio femenino? Porque a los hombres ya los conozco, pues soy uno de ellos. ¿Pero vosotras? Somos de la misma especie, pero somos unos extraños. Nosotros crecimos en un ambiente de salvajismo y masculinidad mientras a vosotras os enseñaban otras cosas (a volvernos locos, básicamente). No sé, ¿en qué momento te maquillaste por primera vez? ¿Veías a tu madre hacerlo y querías imitarla? Yo no recuerdo si mi padre me enseñó a afeitarme o qué. Supongo que no es importante. Recuerdo mejor la primera vez que me masturbé; es mi experiencia iniciática. Al fin y al cabo, no me afeito tanto.

domingo, 23 de octubre de 2011

El fin de la violencia

—Cariño, ya no te voy a pegar más.
—Eso ya lo has dicho antes.
—Pero esta vez es verdad. Además, ¿acaso crees que yo no sufría? Yo también soy una víctima.
—Bueno, lo que tú digas.
—¿Ya está?
—¿Qué?
—¿No me das las gracias?
—¿Por qué? ¿Por dejar de ser un monstruo?
—No seas tan injusta. Además, la culpa era tuya, que me obligabas a ser así. Anda, dame las gracias, que te traigo la paz.

sábado, 22 de octubre de 2011

La voz en off

Luis tiene esquizofrenia, pero disfruta de su enfermedad. Escucha siempre una voz, una voz que va narrando todo lo que hace. «Luis sale de casa», escucha. «Luis toma el autobús y sonríe a una desconocida, que se asusta». Sabe que no todo el mundo tiene un narrador y se siente orgulloso. Se siente especial. Se siente protagonista.

viernes, 21 de octubre de 2011

La culpa

—Oye, llevas todo el día sin hablarme, ¿te pasa algo?
—Estoy muy enfadada contigo.
—¿Por qué? ¿Qué he hecho?
—Anoche le tocaste el culo a otra.
—Oye, eso no es verdad. De hecho, anoche ni siquiera salí de casa.
—Pero lo soñé. Soñé que le tocabas el culo a otra.
—¿Y cómo es culpa mía eso?
—Quiero que me pidas perdón.
—¿Perdón por tu imaginación? Ni hablar.
—Es lo justo. Tienes que arreglarlo.
—¿Y por qué no sueñas que te pido perdón y ya está?
—Imposible; en mis sueños, siempre te portas fatal.

jueves, 20 de octubre de 2011

Asociación nocturna para cometer crímenes

Asociación nocturna para cometer crímenes, así decía el cartel que llamó la atención de Alberto, un joven transeúnte (profesión no remunerada), cuando pasaba frente al edificio. Llamó a la puerta para preguntar si podía ser socio (cometer crímenes por la noche era una actividad que podía encajar perfectamente en su modo de vida), pero no respondió nadie. Claro, pensó, tendré que volver por la noche, que ahora está cerrado. Así, volvió por la noche y llamó a la puerta, abriéndose ésta de inmediato. Al entrar, se vio rodeado por unos individuos de aspecto patibulario que procedieron a robarle la cartera y el reloj, a lo que él protestó por considerarlo un atropello (aunque se trataba claramente de un robo, no de un delito contra la seguridad vial). ¡Yo sólo quería ser socio!, clamó. Los ladrones respondieron: ya lo es.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Beatriz y los espíritus

Beatriz escuchaba a los muertos, lo que era muy práctico cuando no recordaba dónde había dejado algo, pues los espíritus se lo indicaban, y un engorro a la hora de ir al cine, ya que con tantas voces no se enteraba bien de la trama. Un día, cuando salía de casa para su clase de Pilates, un hombre la abordó como si de un pirata se tratara y le dijo: usted no me conoce, pero la amo. Ella sonrió y contestó: de eso no sé nada, pero su tío murió de forma violenta. Esto fascinó al hombre, que confirmó aquello excavando en el jardín familiar, donde estaban enterrados los huesos de su difunto tío (no así los músculos, tendones y demás). Viendo las posibilidades de negocio, le propuso a Beatriz que montaran una agencia de espiritismo, a lo que ella se mostró reticente porque sospechaba que todo era una maniobra de distracción para seducirla. Él admitió que esto era cierto, pero que también quería hacer fortuna con ella y qué mejor que tener una red de informadores por todo el más allá. Tú y yo podríamos ser el gobierno en la sombra, le dijo de una manera que ella encontró, de pronto, de lo más romántica.

martes, 18 de octubre de 2011

Capítulo 2549

Escribo mientras la vida sale por la puerta. Pero no me alarmo, no corro tras ella. Es nuestra rutina, ya estoy acostumbrado.

lunes, 17 de octubre de 2011

El plan

Lo sé, ya pasó mi momento (si es que pudo ser mi momento), pero no importa, tengo un plan: mi dimisión. Dejo todo esto que me quita el sueño y me marcho para no volver. Porque me esperan, quizá, otros proyectos no tan desesperados.

domingo, 16 de octubre de 2011

La locura

Lo que tiene la locura es que no se detiene nunca, es un proceso permanente, como la revolución trotskista. Siempre voy a estar más loco.

sábado, 15 de octubre de 2011

El viejo yo

Uno en realidad nunca aprende y siempre está el viejo yo escondido, esperando su momento, dispuesto a volver del exilio y recobrar el poder. Al fin y al cabo, él se considera el legítimo gobernante, y aunque te dices que lo desposeíste de su cargo con una revolución pacífica que acabó con una dictadura, él opina que fue un golpe de estado y que además no está tan claro que las cosas hayan mejorado desde entonces.

viernes, 14 de octubre de 2011

Poco más

Se me ocurren ideas que apunto con la promesa de volver a ellas, pero pocas veces es verdad. Me puede la indolencia, el saber que de nada vale intentarlo. Son una distracción, un entretenimiento, poco más.

jueves, 13 de octubre de 2011

El ejército de literatura

La nación ha estado siempre bien protegida por tierra, mar y aire, pero se había descuidado la ficción, que ha estado poco militarizada hasta que un decreto ha acabado por fin con esta situación de indefensión de la patria. Hace poco se condecoró a varios de nuestros soldados con medallas al valor creativo por sus excelentes obras —plenas de valores marciales, castrenses y patrióticos—, en las que se establece una férrea defensa del territorio nacional ficticio que ningún crítico literario enemigo podría desdeñar.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Anécdotas de tercermundismo

Me llama hoy una señora para preguntarme cuántas entradas quiero para la entrega de premios de MálagaCrea, como si pudiera pedir cincuenta y fueran para ver a Radiohead o algo así, pero pregunto educadamente que cuántas puedo pedir y me dice que dos: premiado y acompañante. Yo estoy tentado a responder que de premiado nada, que a mí me han dado una (otra) mención especial, que es como la marca de Caín, y que para qué me pregunta, si no había elección posible. Pero luego se me ocurre que quizá esperaba que le dijera: ninguna.

martes, 11 de octubre de 2011

Apaga la luz, quítame la ropa

Apaga la luz, quítame la ropa. Enséñame a amar. Todo nos ha conducido aquí, la extraña probabilidad de encontrarnos tú y yo y no otros. Tú y yo entre seis mil millones de personas. No un designio divino, no el destino, sólo el azar. Tú y yo. Aquí y ahora. Qué más milagroso que eso.

lunes, 10 de octubre de 2011

10/10/11

Porque yo ya no creo en nada, pero me dejo engañar por ti porque eres magia.

domingo, 9 de octubre de 2011

La alienación

Siempre me siento como un visitante de otro mundo. Todo me parece extraño y tengo ganas de comunicárselo a alguien, pero a quién. No puedo escribir un informe para la gente de mi planeta y la de este otro pensaría que estoy loco. Que lo estoy.

sábado, 8 de octubre de 2011

La cucaracha

Aurora se acerca a la cuna para ver a su bebé, que por fin duerme, pero el horror la invade al descubrir que su retoño tiene una cucaracha en la frente. Su primer impulso es matarla de un zapatazo, pero se reprime, pues cómo va a golpear a su niño en la cabeza. También podría espantarla, pero Óscar siempre tiene problemas para dormir y el movimiento de la cucaracha podría despertarle. Ahora que por fin ha cogido el sueño... No, decide que lo mejor es no hacer nada, así que se sienta junto a la cuna y espera pacientemente, para no despertar a su hijo ni molestar a la cucaracha, que, inmóvil, parece dormir también.

viernes, 7 de octubre de 2011

El joven Gregor (y 3)

En la cafetería de la facultad de Comercio, bajo un sombrero que no puede ocultar que se ha convertido de nuevo en un monstruoso insecto, Gregor sorbe café intentando aparentar normalidad. Una chica preciosa se acerca a él y le dice con dulzura: «tú no eres una cucaracha». Si los insectos llorasen, los ojos de Gregor se llenarían ahora de lágrimas. Por fin alguien lo reconoce como el humano que es, piensa, por fin alguien ve más allá de este aspecto horrendo. «¿No lo soy?», pregunta, henchido de felicidad. «Claro que no», sonríe ella: «eres un escarabajo».

jueves, 6 de octubre de 2011

El joven Gregor (2)

Fue en la adolescencia cuando el joven Gregor vivió el segundo episodio de metamorfosis. Al despertarse una mañana y verse convertido en un monstruoso insecto, empezó a llamar a gritos a su madre, que acudió rauda, sospechando lo que iba a encontrarse. «Mamá, mírame, soy una enorme cucaracha», sollozaba Gregor. Su madre, intentando calmarle, le aseguró que en la pubertad se sufren cambios. «Yo no quiero cambiar; no así», gritó él. «¿Ves?», contestó ella con un hilo de voz, «la rebeldía también es algo propio de la adolescencia».

miércoles, 5 de octubre de 2011

El joven Gregor (1)

La conmoción fue enorme en el hogar de los Samsa cuando Gregor, el hijo recién nacido, amaneció en la cuna convertido en un monstruoso insecto. Cómo ha sucedido esto, se preguntó la familia. Es horrible, sollozó la madre. Qué va a decir el rabino, se lamentó el padre. Esta transmutación se mantuvo durante una semana, durante la cual probaron diversos remedios caseros, ninguno de los cuales pareció funcionar. Sin más, una mañana, Gregor despertó siendo el bebé humano que era antes del episodio insectil. La familia se prometió guardar silencio acerca del extraño fenómeno, esperando que jamás se repitiera la pesadilla.

martes, 4 de octubre de 2011

El balneario

En el balneario suizo, Lev, poeta último (como suele decir él), calienta el samovar mientras escucha a Sasha, su amante.
—Ahora estoy aprendiendo matemáticas por espiritismo —dice ella.
—¿Cómo que por espiritismo?
—Me da clases el mismo Pitágoras. Mi espiritista tiene línea directa, es apasionante. ¿Sabías que los catetos se entienden con las hipotenusas?
—Hum. Creo que no lo has entendido bien.
—Que sí. Tendrías que probarlo, te iba a gustar. O la hipnosis.
—No creo que la hipnosis sea para mí.
—Claro que sí. Podrías escribir una novela por hipnosis. O estudiar una carrera.
—No creo que sea buena idea.
—Hazme caso. Yo viajo mucho por hipnosis, ¿sabes? Me encanta ver mundo.
—¿En serio?
—Sí, pero nunca me quieres acompañar. Ya nunca me llevas a ningún sitio, ni siquiera por hipnosis.
—Podríamos ir por telepatía, querida, que es la última moda —improvisa Lev.
—¿De verdad?
—En París está arrasando ahora mismo.
—Vaya. Pues mi espiritista no me ha dicho nada. Y eso que ayer mismo estuvimos en París.
—¿Por hipnosis?
—Sí.
—Sería eso, claro. Seguro que estuvisteis en un París demodé. Por telepatía se llega antes.

lunes, 3 de octubre de 2011

Románticos y melancólicos

Podríamos vivir en estas calles que no conocen nuestros nombres y alimentarnos de gatos y palomas, que esta ciudad tiene de sobra. ¿Quién iba a darse cuenta? Aunque a ti te mirarían por bonita y a mí por loco, pero podríamos escondernos y esquivar al mundo siempre juntos, románticos y melancólicos y llevar la vida secreta que inventaríamos en constante improvisación.

domingo, 2 de octubre de 2011

La depredación

Mírales, son tan felices juntos. Y yo lo que quiero es destruir eso. Porque quiero que sea mía. Porque quiero que crea en nosotros como ahora cree en ella y otro. Mi propósito es destruir esa idea de amor, esa imagen de felicidad, y que luego vuelva a creer en todo ello, pero de forma modificada. Conmigo. Ella y yo. Y decirle que esto es verdad, lo nuestro es verdad. Como ahora lo cree con otro. Y yo tengo que demostrarle que está equivocada. Tengo que destruir todo eso y luego reconstruirlo. Conmigo.

sábado, 1 de octubre de 2011

La mala costumbre

Vuelvo a acostarme muy tarde. Sin ti, no tiene aliciente meterse en la cama.