«Yo sé cómo tendría que ser para gustarte. Bueno, para gustarte más», me dijo al principio. Una frase enigmática, ¿a qué se refería? Porque lo cierto es que ella me encantaba. Le pregunté, pero no quiso contestarme. Sólo se me ocurría que, claro, me gustaría más si estuviera enamorada de mí. En cualquier caso, nunca me lo explicó.
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