Esto para tu funeral, me dice el indigente que me manda al otro barrio. No se le puede llamar la atención a la gente ni en sueños.
lunes, 27 de mayo de 2024
Sueño 1
Sueño que vamos a almorzar, pero no tenemos pan en casa, así que Sonia y yo decidimos bajar juntos a por él. Al final de las escaleras nos encontramos a una vecina que intenta ayudar a un mendigo de avanzada edad a entrar en el hogar de este último: tras una puerta destartalada (básicamente, unos tablones), un piso en ruinas, como si hubiera sufrido un incendio o la explosión de una bomba. Intercambio algunas palabras con la mujer y el anciano mientras Sonia se dirige al portalón del patio. Cuando salgo, veo que otros mendigos le están hablando con suma agresividad. Les recrimino su actitud mientras le indico a Sonia que vuelva para casa para quitarse del peligro, cosa que hace. Sólo recibo miradas torvas como respuesta. Me giro para volver al hogar, el ambiente está demasiado caldeado, pero únicamente me dejan dar unos pasos, puesto que una mano me coge del hombro y, al volverme, me clavan repetidas veces en la tripa un objeto afilado (tengo tiempo para observar que no se trata de un cuchillo).
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