Como ya estoy en la edad, mi médico añadió un examen de heces en la analítica rutinaria de mañana. Así que aquí me encuentro introduciendo esta varita en una mierda seis veces y usando ángulos diferentes, como indican las instrucciones, para luego guardar la muestra en el frigorífico como si se tratara de un exótico plato. Qué mierda todo esto, nunca mejor dicho. Te planteas muchas cosas en esta situación. Que la vida iba a ser una aventura constante y blablablá. De todos modos, hay que reconocer que mis heces tienen buen aspecto (lo cual también es un pensamiento raro), aunque qué sabré yo de esto.
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