sábado, 31 de diciembre de 2005

Fin de año

Ha sido un año desastroso, otro año echado a perder. Ni siquiera puedo decir que sea ahora más sabio. Lo único esperanzador resultó ser finalmente sólo un espejismo. En realidad, tenía que haberme dado cuenta, pero siempre cometo los mismos errores. Supongo que algunos son demasiado hermosos como para no cometerlos. Claro que, como era de esperar, al final no logré besarla.

El año que viene, más.

viernes, 30 de diciembre de 2005

Sobre la especulación inmobiliaria

Cuando era pequeño estaba convencido de que existía un "día de la mudanza", día en el que todo ciudadano estaba obligado a cambiar de casa. Era mi forma absurda de racionalizar que nos hubiéramos mudado de Málaga a Fuengirola, supongo. Lo curioso del tema es que conseguí que un amigo también creyera en la existencia de ese día y me parece que incluso inventamos una canción sobre ello. Y a mí que me gustaba pensar que fui normal y me desvié del camino...

jueves, 29 de diciembre de 2005

Plan nueve del espacio exterior

Me parece que con los años, en vez de aprender, voy desaprendiendo cosas. Creo que si me abdujeran los extraterrestres para recabar información con vistas a la invasión del planeta, no sacarían nada en claro.

miércoles, 28 de diciembre de 2005

Una de médicos

Hoy he ido al médico, donde a los plebeyos nos tratan con dulzura. Es curioso, pero siempre que tengo algo pienso que será grave y mortal. Es normal que un neurótico como yo sea también un hipocondríaco, diréis. Pero resulta que cuando tengo que contarle al médico lo que tengo, me da por falsear los síntomas, minimizarlos. Por alguna razón estoy convencido de que si el médico piensa que no tengo nada, entonces, por acto de magia, no tendré nada. Lo peor es que soy consciente de todo esto, pero aun así me cuesta vencer la tentación de engañarle.

Me llama bastante la atención lo defectuoso que es el sistema sanitario. Yo hoy iba al médico sabiendo que no me iba a solucionar nada, puesto que tenía que mandarme al especialista. Pero no había ninguna manera de saltarse el trámite. ¿Por qué no puedo ir directamente al especialista? ¿Por qué no puedo hacer esta consulta por teléfono o incluso por internet, ahora que somos modernos? No, tenemos que perder el tiempo todos: el médico, los otros pacientes y yo.

Al final me han dado cita para febrero. He esperado a ver si me aclaraban que era la inocentada del día, pero no. En todo ese tiempo puedo curarme, ponerme peor o morirme, pero lo que importa, por lo visto, es si España es nación o no...

martes, 27 de diciembre de 2005

L'amour, la la la

Esto del amor es una tontería. Ya son ganas de ponerse uno mismo en una situación de inferioridad. Hablo de mi caso, claro, que supongo que para los James Bond de esta vida es algo muy diferente. Yo soy como Woody Allen en "Play it again, Sam", pero peor, que lo suyo era ficción. Además, siempre me gustan chicas con novio (o novia, que también se ha dado el caso), lo que por otra parte tampoco es tan sorprendente, porque todas las chicas que conozco tienen pareja. No sé cómo lo hacen.

¿Cómo ligar? El método normal es seducirla disimuladamente, lo cual es un poco tonto, ya que ella sabe que estás intentando ligártela, pero aun así tienes que actuar como si eso no fuera cierto. También desempeña un papel la psicología inversa: mostrar desinterés para que ella se interese y bla, bla, bla. Dicen que esto funciona muy bien con las reinas del baile, acostumbradas a que todos giren a su alrededor. No sé si es verdad, pero es lo que dicen.

Yo no sé hacer nada de eso. Soy mal jugador de póquer. Enseño antes de tiempo mis cartas, y encima nunca son buenas. Como decía Robert Crumb: el recurso a la comedia nunca ha sido de interés romántico. Tampoco el romanticismo decimonónico, que, aunque bonito, está un par de siglos pasado de moda. A todo el mundo le gusta que le halaguen, pero nadie se enamora por eso. Bueno, tal vez si eres un hechicero consigas enamorar así a alguien. Además, las nuevas tecnologías se han cargado este sistema. Le mando un sms muy currado, casi un haiku, y entonces pienso: "¿y si está desnuda en la cama con el tío ese?". Es algo que te hace pensar que eres gilipollas del todo. O le mandas un email y de pronto te imaginas que mientras ella está leyéndolo en el ordenador su novio la espera en la cama con una erección. Y tú escribiéndole chorradas, ¿con qué fin? Ya, si la culpa no es de las nuevas tecnologías, sino mía por pensar estas cosas, pero no puedo evitarlo. Como si no tuviera uno bastante con la pregunta tradicional: ¿por qué le escribes a una tía que no te quiere?

lunes, 26 de diciembre de 2005

El exilio interior

Me recomienda Ricardo que me vaya un año al extranjero para pensar en el aquí y ahora y dejarme de tantas "pajas mentales", ya que cuando tienes problemas reales, poco espacio queda para la metafísica. Además, como él mismo dice, primero hay que vivir y sólo después escribir, lo que me recuerda que muchas veces me parecía que mi único interés en vivir "aventuras" consistía en poder tener algo sobre lo que escribir luego. Me he sentido como un ladrón muchas veces.

Me vendría bien irme, sería una manera de abandonar este exilio interior, que es mucho peor. Además, se me ocurre que "tengo que irme del país porque no me quieres" suena bastante bien.

domingo, 25 de diciembre de 2005

Navidad

Qué bonita es la navidad. El espíritu navideño y el amor al prójimo me hacen escalar hasta el tercer puesto de todas las listas de éxito en los corazones ajenos. Me he despertado solo y en toda la noche no me ha visitado ningún espíritu de las navidades pasadas, presentes o futuras. Me escuecen los ojos y escucho música deprimente. Qué bonita es la navidad.

sábado, 24 de diciembre de 2005

Contra el mundo, capítulo 659

Se supone que el chill out es una música relajante, pero, claro, una vez más la teoría y la realidad son bastante diferentes. O al menos sucede así con el "flamenco chill" o "chill out aflamencao" de Chambao. Cada vez que escucho a la señorita esa berreando "y ahí estás túuuuuuuuuuu, túuuuuuu" me entran ganas de subirme a un campanario con un rifle y disparar a los transeúntes. Por no hablar de la letra de la canción, pura poesía simbolista. Veamos un fragmento:

Y es que yo canto porque a mí me gusta cantar
También tú bailas porque a ti te gusta bailar, túuuuuu

Y es que yo canto porque a ti te gusta escuchar

Lo que yo canto porque así se puede bailar, túuuuuu


Sobrecogedor.

viernes, 23 de diciembre de 2005

España en cómodos plazos

Últimas noticias:

- El Gordo le toca a los pérfidos catalanes, que, no contentos con obligarnos a brindar con cava, se llevan el dinero de la lotería de todos los españoles en lo que es seguramente otra de las concesiones de ZP al tripartito.

- La Familia Real, que tanto nos quiere y que tan campechana es, demuestra una vez más lo cerca que está del pueblo felicitando la navidad con un fotomontaje cutre y salchichero realizado en cinco minutos mal contados. Para que se note que son informales como nosotros, claro.

- Papuchi, el padre de Julio Iglesias, murió y, con él, una idea de España.

jueves, 22 de diciembre de 2005

Molando

En la parada de autobús. Hay un cartel publicitario. En él sale uno de los miembros de Pereza, grupo malo donde los haya. Hay escrita una frase. La leo. Dice: "el ruido de las sirenas y del tráfico son puro rock & roll". Me parece la cosa más estúpida que he leído en mucho tiempo. Pero se supone que es "guay". Hay que ser guay. "El ruido del tráfico es puro rock & roll, nena". Venden calzoncillos. Calzoncillos para la gente guay.

Más tarde veo otro. En éste sale una de las componentes de Las Niñas, grupo aún peor que el anterior. Esta dice: "Los que reniegan de su barrio no llegan demasiado lejos." No sé si la frase es más tonta que la otra. Filosofía guay. Venden bragas. Bragas para la gente guay.

miércoles, 21 de diciembre de 2005

Sexo

Hoy hace cinco años que perdí la virginidad. Si fuera una persona normal, la habría perdido hace diez años, supongo. Es curioso lo relativo que es el tiempo: cinco años me parecen muchos cuando pienso en mi historia con Alba, pero parece que fue ayer cuando lo planteo en términos de virginidad. Hay que ver lo difícil que es convencer a una mujer para que lo acompañe a uno a la cama, al menos cuando eres una mezcla de Woody Allen y Charles Manson. Creo que es la moraleja de la historia.

martes, 20 de diciembre de 2005

Más de lo mismo

Iba ayer tranquilamente en el tren hacia Málaga con la sana intención de ver "Match Point" en el cine Alameda y pensando en cómo derribar al gobierno cuando, de pronto, vi que un antiguo compañero del instituto estaba sentado frente a mí. Para mi desgracia, él también me había visto y, no contento con ello, se levantó de su asiento y se sentó conmigo. Lo primero que le dije es que siempre me deprimía verles a todos ellos, puesto que conseguían que pensara que mi vida era un absoluto fracaso al comparar nuestras situaciones vitales, pero él se lo tomó como un comentario humorístico y se echó a reír amistosamente, para, acto seguido, empezar a contar que se ha comprado un piso, que tiene novia, que su trabajo es una mierda (esto ya me reconfortó un poco) y que iba a buscar uno de "segurata". Menos mal que la conversación derivó al tema estrella en toda reunión social en la que hay hombres involucrados: las mujeres. Pero cuando parecía que todo iba a ir bien y que nos íbamos a limitar a intercambiar un par de tópicos, empezó a hablar de las jovencitas de hoy en día, todas ellas lolitas militantes de las que carecíamos en nuestra época y bla, bla, bla. Elevé una plegaria mental a los dioses en la que solicitaba la inmediata defunción de mi viejo compañero de instituto, pero no sucedió nada. Al despedirnos, me comentó que Diana y Alicia, gemelas que codiciábamos en nuestra ya lejana adolescencia, habían perdido gran parte de su atractivo con los años, comentario que consideré muy deprimente, pues hay que preservar los bellos recuerdos.

Por la calle luego sólo veía mujeres y parejas que demostraban públicamente su amor, y volví a sentirme muy solo. Me acordé entonces de Alain Delon, que a sus 70 años dice que, si no encuentra una mujer, se suicidará, y pensé: "Lo que es bueno para Alain Delon, es bueno para mí".

lunes, 19 de diciembre de 2005

Contratamos todo el año

En vez de relacionarme con personas serias y normales, lo que posiblemente haría que sintiera vergüenza de mí mismo y, en consecuencia, me esforzara por cambiar, me gusta disfrutar de la compañía de otras personas que, como yo, siguen vivas gracias a que la sociedad evita que la selección natural haga su trabajo. Así, por ejemplo, me veo respaldado por Stanley Illis cada vez que vemos a una mujer hermosa y propongo seguirla sólo por el placer que proporciona tal actividad. Si Stan fuera una persona normal, reaccionaría ante estas propuestas mías casi delictivas mirándome con tristeza y desaprobando mi actitud ante la vida, lo que me haría recapacitar y convertirme en un cristiano renacido como George Bush u oferta equivalente. Pero, claro, si Stan fuera así no sería amigo mío, así que esto que digo sólo funcionaría si todo el mundo fuera normal menos yo. La vida sería realmente solitaria entonces...

Esto lo aplico también a mis relaciones sentimentales, como dirían en la tele (y emotivas, añadiría uno). No puedo evitar que me gusten las desequilibradas. Si veo que una chica insiste en guardarse ensalada en el escote, tengo que conocerla. Lamentablemente, aquí no tengo tanto éxito como en lo que se refiere a entablar amistad con otros enfermos mentales; por alguna razón que desconozco, prefieren enamorarse de personas normales o inadaptados guapos.

Me pregunto cómo seré cuando tenga 40 años, si es que llego a cumplirlos. Me pregunto si me gustará la comida del psiquiátrico.

domingo, 18 de diciembre de 2005

Mi futuro

Me veo despeinado, barbudo, mal vestido, con aspecto de loco, manteniendo largas conversaciones conmigo mismo mientras deambulo por las calles... En definitiva, igual que ahora, pero más viejo.

sábado, 17 de diciembre de 2005

Dictadores

Recuerdo que cuando era pequeño estaba convencido de que "los chicos mayores" eran todos unos hijos de puta por naturaleza. Pensaba así porque observaba que los niños de más edad abusaban de los pequeños siempre que tenían ocasión. Fue entonces cuando adquirí la conciencia de clase que me llevó a liderar a los trabajadores en la revo... perdón, no era así. Prosigo. Aunque verme puteado y extorsionado no era agradable, yo no quería ser un tirano y explotar a mis compañeros de menor edad y tamaño, así que me pareció que la solución para seguir siendo moralmente perfecto -y, por lo tanto, físicamente débil- era evidente: no crecer. Me puse de acuerdo con un amigo para no crecer más. Mi amigo faltó a su promesa. Yo también, pero menos, que me he quedado en 1,70. Así, uno de los días más felices de nuestra infancia fue cuando pudimos traicionar nuestros ideales al alcanzar la edad suficiente para utilizar el campo de los mayores (mi colegio estaba dividido en zonas, como los campos de concentración). "Ya somos mayores, la Edad de Oro comienza, adiós a la esclavitud", pensábamos llenos de alborozo y vísceras. Entonces comenzó mi aprendizaje de una verdad de la vida: algunos niños, aunque tengan 30 años, siempre son puteados por fuerzas superiores.

viernes, 16 de diciembre de 2005

En el prostíbulo

He presentado un relato sin importancia a un concurso de ámbito autonómico, ya que el primer premio son 900 euros y es un dinero que me vendría muy bien para descapitalizarme acto seguido. Aparte de esto, he recibido las bases de Málagacrea 2006 (resulta reconfortante que te las manden por correo a casa, es como pertenecer a una secta) y, en fin, me tientan los 1500 euros del primer premio, pero me parece que es perder el tiempo presentarse, puesto que es un concurso totalmente amañado. No me molestó que los relatos ganadores fueran peores que el mío, lo que me molestó es que fueran tan terriblemente malos. Estuve a punto de levantarme en mitad del acto y gritar "¡Anatema, cabrones, anatema!". Además, los ganadores eran amigos y tenían un compadreo bastante sospechoso con los organizadores del tinglado. Lo peor de lo peor fue que, en la presentación, a uno de los ganadores se le comparó con Borges por un relato lacrimógeno -de lo malo que era- que además de estar pésimamente escrito no era más que una paja mental. Puestos a escribir chorradas, al menos las mías conducen a algo (generalmente, a una chorrada mayor).

Como ya he renegado del concurso, anuncio que me presentaré.

jueves, 15 de diciembre de 2005

Cuentos de navidad

Capra nuestro que estás en los cielos, permite que me suceda alguna alegre historia navideña con final feliz, aunque sea con mensaje moralista de los años cuarenta. Si no es mucho pedir, que suceda hoy, y si me tienes que enviar un ángel, que sea mujer.

miércoles, 14 de diciembre de 2005

La vida iba a ser maravillosa

Eso nos decían cuando éramos niños. O a lo mejor no nos lo decía nadie, sino que nos lo inventamos nosotros. Como tantas leyendas urbanas de la infancia. Recuerdo que en mi colegio había un chico que decía que el semen no podía lavarse (Monica Lewinsky era pariente de este niño, por lo visto) y juraba que su hermano mayor tenía los muslos totalmente manchados de semen, lo que era un grave problema. Nacemos surrealistas, luego se encargan de moldearnos para adecuarnos a la realidad, que generalmente no tiene tanta gracia.

Yo me sigo montando películas solito, quizás por aburrimiento, quizás por enfermedad mental. A lo mejor me fijo en una chica que vende flores en un puesto callejero y me imagino viviendo historias con ella. Invento toda una biografía para ella y me veo como una especie de héroe romántico. En la vida real no sería capaz de hilvanar un par de frases si me decidiera a abordarla, claro. Las únicas armas que tiene un paria para defenderse de la realidad son: la imaginación, la música y el alcohol. Nobody expects the Spanish Inquisition.

Hay una aristocracia vital a la que envidio casi todo el rato. A mí también me gustaría ser ario, nacionalsocialista y todo eso. A mí también me gustaría disfrutar con los anuncios de la tele en vez de opinar que son una mierda. A mí también me gustaría tener interés por los coches y no por frikadas. Una vez, de pequeño, en un intento de socializarme me uní a unos chicos que jugaban a la guerra o algo parecido. El cabecilla repetía una y otra vez algo que a mí me sonaba como "Escipión". Yo, para ganarme su simpatía, dije un par de veces que teníamos que aplastar a Aníbal y su ejército. Noté que me miraban raro. Sólo mucho después comprendí que a lo que estaban jugando era a los Transformers y que el niño decía algo así como "Decepticón", mientras que yo creía que estaba en la batalla de Zama...

La vida también es surrealista a veces. Una vez me abordó un yonqui que, muy educadamente, me indicó que si no accedía a darle el dinero que llevase encima se vería obligado a agredirme y arrebatarme no sólo el dinero, sino también el reloj, las gafas y la chaqueta. Como me lo había pedido con buenas maneras y además no había público que pudiera admirar una posible heroicidad por mi parte, le di 3 euros, quedándome con algo de calderilla para poder coger el tren, lo que le pareció bien a mi asaltante. Entonces reparé en que me faltaba dinero para el billete, cosa que manifesté en voz alta. Con amabilidad, me preguntó: "¿cuánto te falta?". "20 céntimos", contesté. Me los dio. Conmovido por su bonhomía, quise ayudarle en la profesión que había escogido y le aconsejé que la próxima vez no atracara a estudiantes, que generalmente nos movemos desposeídos por el mundo, a lo que respondió, un tanto indignado: "oye, que esto no es un atraco, ¡tú me das el dinero porque quieres!".

martes, 13 de diciembre de 2005

Boicot

Creo que quizás se me dan tan mal las mujeres porque por mi apellido piensan que soy catalán.

lunes, 12 de diciembre de 2005

Love sick

Mi primera cita con Alba fue hace casi 8 años. Ha pasado ya mucho tiempo; a veces le digo que es mi plaga favorita y la enfermedad más bella del mundo. Fue en marzo, lo cual es curioso, puesto que, años después, en una de esas coincidencias solipsistas, me dejaría en marzo también. Dados mis antecedentes con citas falsas, estaba convencido de que no acudiría (además, a esa edad -16 años- las chicas pueden ser muy hijas de puta), pero vino. Llevaba puesta una gorra, pero no recuerdo si era azul o gris, mi memoria se está volviendo daltónica, como mis hermanos. Creo que era azul. Tenía las uñas pintadas de naranja, eso no lo he olvidado. Me dio la mano, nada de dos besos, como si se tratara de una entrevista de trabajo: "¿Busca musa? Pues creo que estoy capacitada para el puesto." Recuerdo que hablamos de lesbianismo, comunismo y nuestros cumpleaños. Quedó tan gratamente impresionada que, tres años después, empezó a salir conmigo.

Un amigo mío suele decir que una relación nunca funcionará si a la otra persona no le has gustado desde el principio. Puede que sea cierto. Creo que a Alba la seduje finalmente con el síndrome de Estocolmo, que siempre ha funcionado. Si una supermodelo de lencería naufragara conmigo en una isla desierta, sería mía sin apenas dificultades. Secuestren a sus amadas... perdón, me estoy saliendo del tema. El caso es que fue muy bonito. Algo tan poco extraordinario en primera instancia como hacer manitas en unas jornadas sobre Buñuel se convertía en un acto de lo más íntimo. Me curó muchas heridas. Es algo que sólo sé yo.

Me encantaba besarla. Tanto, que a veces se enfadaba porque no le dejaba hablar. Me encantaba que me arañase la espalda y que me mordiese cuando hacíamos el amor. Me gustaba verla peinarse frente al espejo. Me gustaba calentarle las manos cuando las tenía heladas. O las rodillas. Podía ser la persona más dulce y adorable del mundo. Como cuando me estuvo tomando disimuladamente las medidas para un anillo y yo, como era tonto, no me daba cuenta. Me estuvo tomando el pelo un tiempo por eso.

Muchas noches me quedaba un buen rato viéndola dormir mientras pensaba: "no puede existir nada mejor que esto." Fue la primera chica que consideró buena idea besarme. La primera que me dijo "te quiero". La primera que decidió que acostarse conmigo no era un crimen contra la humanidad y que, ya puestos, se podía repetir...

Ayer fue el quinto aniversario de nuestro primer beso y lloré como hacía tiempo que no lloraba. Podría no contarlo, pero me parece más honesto hacerlo. Fue como si se rompiera de pronto una presa. Pero mañana estaré bien. Cuando los recuerdos vuelvan bajo tierra, estaré bien. Además, es fácil racionalizar todo esto: siempre se vuelve al primer amor, que cantaba Gardel. Y el paso de los años demuestra sin misericordia que el sueño terminó hace mucho, lo cual es de lo más deprimente. Pero posiblemente lo que más me duele es pensar que si estuviéramos hechos el uno para el otro, seguiríamos juntos.

domingo, 11 de diciembre de 2005

Espacio y tiempo

No estoy enamorado de ti, estoy enamorado de la chica que eras entonces. La chica que eras entonces nunca se habría portado conmigo como tú. No creas que te escribo porque aparezca tu nombre.

sábado, 10 de diciembre de 2005

Todas las lolitas tristes

Todas las lolitas tristes sentadas en el parque. Yo y mi neverending story con la belleza. Ayer fue otro de esos días raros que parecen seguir un guión preestablecido. Después de superar los peores presagios, el día pareció terminar con una celebración de la juventud. La vida es beber una cerveza mientras escuchas "Saturday sun", de Nick Drake, y olvidas todas las preocupaciones. Pero luego me volví a encontrar con la chica más guapa del mundo. De haber pasado por allí un minuto antes o un minuto después, no la habría visto. Cómo fomentar el solipsismo militante. Otro día raro.

viernes, 9 de diciembre de 2005

Dolor

Entre la nada y el dolor, elijo el dolor.

(William Faulkner)

Quiero dormir y no despertar. Ya no quiero justicia, sólo venganza. Quiero hacer daño. Elegí el dolor, pero al final me he quedado con la nada. Creo que cuando ya ni siquiera tienes fuerzas para discutir con tu pareja -o ex pareja- es que todo ha terminado de verdad. Ya no soy capaz de sentir. Sólo me queda, quizás, algo de humor de saldo. Y nada más.

jueves, 8 de diciembre de 2005

Alienación

Dibujos animados a las seis de la mañana de un domingo, ¿a quién se le ocurre? ¿Qué niño normal está despierto a esa hora? Pensarán que los niños vuelven a casa de la discoteca o algo así...

Eurojunior y concursos similares de canto con niños, ¿seguro que Hitler no hablaba a favor de eso en el Mein Kampf? ¿No acabarán esos niños en la droga y la delincuencia? ¿No asesinarán a sus padres cuando sean mayores y quieran venganza? ¿Qué habrá sido del bebé francés aquel que cantaba? Creo que se llamaba Jordi o algo parecido. ¿Se habrá metido en un grupo terrorista? Por cierto, cómo pasa el tiempo.

¿Por qué las revistas "masculinas" nos engañan anunciando que tal famosa aparece desnuda en el número de esta semana si luego no enseña nada en las fotos? ¿Y por qué pagan millonadas a esas famosas por nada? ¿Se supone que así es como el mercado ha de funcionar? ¿No sería más racional pagar esa pasta por un producto realmente a la altura de lo pagado? ¡Elsa Pataky vestida! Pues qué bien. El negocio del siglo: fotos castas a precio de pornografía.

¿Por qué a los políticos ya no les hace falta disimular? ¿Por qué de "el cliente siempre tiene la razón" hemos pasado a "el cliente es un gilipollas y hay que tratarle como basura"?

Ya no sé si el raro soy yo o si lo son todos los demás...

miércoles, 7 de diciembre de 2005

La invasión de los ultracuerpos

Ya van dos veces que se me ocurre alguna chorrada para contar aquí y descubro gracias al google que ya se le había ocurrido a alguien antes que a mí. Es como volver a la niñez, cuando, en un alarde de paranoia infantil, creía que alguien me observaba atentamente para robarme todas mis ideas y aprovecharlas para programas de la tele. Creo que ese tipo de pensamientos fueron los que me empujaron en primera instancia a ser un chico reservado y poco hablador...

martes, 6 de diciembre de 2005

Realidades de chocolate

Recuerdo que una de las cosas que Alba solía decir cuando empezábamos a rondarnos era que el chocolate es un sustitutivo del sexo (lo cual no deja de ser curioso, ya que creo que es una de las pocas personas del mundo que ha tenido más sexo que chocolate). A mí entonces no me gustaba demasiado el chocolate, quizás porque era virgen, pero ahora estoy comprobando que tenía razón. Los sueños de grandeza quedan bastante lejos cuando estás comiendo chocolate mientras ves una peli mala en una fría noche. Oh, ¿dónde está la vida apasionante con la que soñaba de pequeño? Todos los niños queríamos ser Indiana Jones. Las niñas querían ser Madonna, eran más prácticas. Ningún niño quería ser vendedor de seguros. Ni fracasado conceptual. Entonces creíamos que éramos especiales y no nos veíamos a nosotros mismos trabajando de cajeros en el Carrefour (que entonces se llamaba Pryca) o volviendo a una casa oscura llena de cucarachas (que no luciérnagas). La madurez es ir descartando sueños y aceptar la propia mediocridad. Asentar los pies por fin en la realidad. Pero a mí me gusta más la fantasía, todo es mejor en ella, incluido yo...

lunes, 5 de diciembre de 2005

Instrucciones para salvar el odio eternamente

Un amigo me dijo una vez que en ocasiones las ex novias adoptan el papel de madre y empiezan a intentar dirigirte la vida (con buenas intenciones, como hacen las madres, generalmente). Alba, por ejemplo, siempre está buscando concursos de literatura a los que animarme a presentarme. También me dice que sigo siendo su escritor favorito, lo cual siempre es bonito. Yo me paso el día pensando en cortarme las venas, pero ella me habla de hacer dinero vendiendo literatura absurda. Las mujeres siempre han sido más prácticas, sin duda. De hecho, la mención especial del jurado (no de Cannes) que descansa sobre mi mesilla de noche la gané en una tim... en un concurso al que ella me sugirió que me presentara. Me lo sugirió de forma un tanto estalinista, pero a mí siempre me ha faltado disciplina. A lo mejor estoy exagerando, pero lo hago por el bien de la ficción.

También es la única que se acuerda de mi cumpleaños, o, al menos, la única que se preocupa de felicitarme. Y es la única que se acuesta conmigo... no, espera, eso no lo hace. Claro, será porque eso no lo hacen las madres, o al menos no lo hacen las que no están en la cárcel.

Qué casualidad, estoy escuchando "Over and over", de Neil Young y Crazy Horse, y no me había dado cuenta. ¿Será verdad que sí hay una banda sonora vital? ¿No había unos polacos tocando mazurcas en la calle el otro día cuando compré el pan? ¿Significaría algo?

domingo, 4 de diciembre de 2005

Everything goes to hell

Ya es navidad y no me había enterado. Un espeso manto de nieve cubre las calles y los niños salen a jugar... en algún otro lugar de la geografía española, claro. Aquí nunca nieva, sólo hace frío. A veces llueve, pero poco más. De pequeño me encantaba la navidad, me parecía una fecha muy especial. Lo mejor eran los regalos, como buen materialista. Me encantaba que me regalasen objetos de Lego, ya que siempre me ha gustado construir cosas. El caso es que me siguen gustando, pero, como se supone que soy un adulto y hay que respetar ciertas convenciones sociales, no me compro nada, pero cuando tenga hijos, y los tendré aunque tenga que raptarlos de familias adineradas, les regalaré cosas de Lego, si para entonces no ha quebrado la empresa, y luego utilizaré la excusa de ayudarles. Es uno de mis planes de futuro, sí.

De todos modos, si alguna amable señorita desea regalarme algo, agradeceré más su lencería que rememorar la infancia.

sábado, 3 de diciembre de 2005

Anticuento

Una noche, un hombre paseando por las calles de su ciudad llegó a una plaza donde se alzaba una imponente estatua. Al acercarse a la estatua, reconoció sus facciones en ella. En el pedestal había una placa con su nombre. Entonces escuchó los primeros disparos de la revolución y supo que todo había terminado.

viernes, 2 de diciembre de 2005

A singer must die

Voy a mentirte siempre. Voy a engañarte siempre. No te voy a querer. No te voy a esperar ni cinco minutos. Si fuéramos niños iría a tirarte de las coletas. Ninguna habitación podrá encontrarnos. Si nos encuentran juntos en la cama me haré el sorprendido. Negaré cada uno de los besos. Señor juez, no la conozco, todas las promesas de amor fueron obtenidas por la fuerza. Todas estas heridas me las hice yo solo. Todos nuestros encuentros fueron casuales.

A ser posible, señoría, que nos cuelguen juntos.

jueves, 1 de diciembre de 2005

The piano has been drinking

«¿Qué cosa en el mundo proporciona la mayor felicidad?», preguntó Gengis Khan en una ocasión a un oficial de su guardia. Tras meditarlo un poco, el soldado respondió: «La abierta estepa, un día claro, un caballo ligero y un halcón en el puño para saltar sobre las liebres». «No –refutó Khan–, el mayor placer de un hombre es aniquilar a los enemigos y verlos caer a sus pies, tomar sus caballos y bienes y oír los lamentos de sus mujeres. Esto es lo mejor.»

Los días más felices de mi vida siempre se han visto empañados por el miedo a que no fueran reales. Todas mis historias yacen muertas en el suelo, no sé si habrá nuevas. El balance de estos 27 años es claramente deficitario. Esta empresa ruinosa que malvive entre deudas que no puede pagar debió cerrar hace mucho. Quiero un cheque en blanco, una nueva vida, una nueva identidad. Pero seguro que la Caixa no me concede un crédito...