sábado, 31 de enero de 2004

De lo oculto

Hoy se manifestó en mi cuarto un señor de Cuenca. Llevaba una cabra en cada mano y un piano de cola en el bolsillo de la chaqueta. Me miró como quien mira una reposición televisiva y dijo: "Espanto al demonio con una perfecta higiene dental". Dicho esto, me pegó una patada en la espinilla y desapareció escaleras abajo. Este encuentro paranormal me hizo meditar profundamente, por lo que permanecí en cuclillas durante varias horas.

Hecho esto, almorcé estupendamente.

viernes, 30 de enero de 2004

Ich bin ein berliner

Anoche soñé que en un supermercado vendían cadáveres con sabor a maracuyá. No sé si habrá negocio aquí, pero deberían hacer un estudio de mercado, igual así encontrábamos la forma de reciclar los muertos. A mí los nichos de los cementerios siempre me ha parecido una forma de archivar a la gente: vives, la diñas, y te archivan. Supongo que los oficinistas se encontrarán como pez en el agua en un cementerio.

La muerte es un tema que siempre me ha fascinado. Desde los cinco años me daba por simular muertes atroces en un intento de llamar la atención de mis padres, pero apenas miraban durante un segundo mi cadáver antes de continuar viendo la tele. Por otro lado, tampoco conseguí impresionar a muchas chicas dejando mi cuerpo moribundo frente a sus puertas. La policía, no obstante, pensaba de forma distinta. En estos años he madurado bastante y ya sólo simulo mi propia muerte en ocasiones especiales, como cumpleaños y fiestas navideñas.

jueves, 29 de enero de 2004

Sic transit gloria mundi

Hoy he ido al teatro con mi ex novia. La obra iba sobre un traficante de pantalones que es expropiado de su familia por el gobierno paneslavo de los Estados Unidos. Abrumado, decide empezar una nueva vida como borracho en las calles de Filadelfia. Allí conoce a la más hermosa mujer concebida por taxista alguno, enamorándose de ella al instante. Pero su amor es imposible, dado que Sara, que es el nombre de la chica en cuestión, vive en el séptimo piso de un edificio sin ascensor y Fred, el protagonista, sufre de terror a las escaleras desde que fue atacado por un par de oficinistas armados con mazorcas de maiz. Finalmente consiguen resolver sus problemas gracias a un señor que pasaba por allí y se casan por el rito sindicalista.

miércoles, 28 de enero de 2004

El existencialismo es un humanismo

Esta mañana me telefoneó mi ex novia, sacándome de mi maravilloso sueño en el que un diputado con un melón como cabeza departía amigablemente con una sopa caliente en cada mano acerca de la divinidad de Sinatra. Mi ex quería comentarme las últimas novedades en moda femenina en el Infierno, sección súcubos. Creo que le respondí algo sobre neutrinos, no lo recuerdo. El caso es que, no sé cómo, de esa forma reconocí implícitamente ser el culpable de muchos de los males de este mundo. Finalmente, quedamos para tomar algo.

martes, 27 de enero de 2004

La voluntad de poder

Esta mañana, después de lavarme los dientes por vigésima vez, he admirado en el espejo lo que parecía ser un rostro anodino y destrozado por la furia de noches onanistas e insomnes. Un rostro con carácter, algo así como el de Bogart un par de semanas después de su funeral. He ensayado distintas sonrisas ante el espejo, intentando seducirme, pero no me he impresionado demasiado. Luego me he peinado la barba mojando el peine en salsa boloñesa.

lunes, 26 de enero de 2004

Cómo ser feliz siendo desgraciado

Hay que buscar la felicidad en las cosas pequeñas: los bonsáis o los circos de pulgas, por ejemplo. El gran problema del hombre moderno, aparte de la total insatisfacción y desgracia absoluta, es la falta de felicidad. A algunos, por ejemplo, les hace feliz hacer el amor con despampanantes supermodelos de lencería. A mí no, pero estoy dispuesto a cambiar de opinión tras una demostración empírica. Otros son felices coleccionando sellos, orgasmos o mariposas. En realidad, la felicidad sólo es cuestión de convencerse de que nuestros conocidos son más infelices que nosotros.

domingo, 25 de enero de 2004

Hoy he estado meditando acerca de los distintos estados de conciencia de la corbata común en una sociedad hostil y determinista. Luego he visto la tele. ¿Tendrán en la otra vida una economía de tipo marxista? Estas y otras cuestiones me asaltan cuando me meto berberechos en los bolsillos.