miércoles, 19 de octubre de 2011

Beatriz y los espíritus

Beatriz escuchaba a los muertos, lo que era muy práctico cuando no recordaba dónde había dejado algo, pues los espíritus se lo indicaban, y un engorro a la hora de ir al cine, ya que con tantas voces no se enteraba bien de la trama. Un día, cuando salía de casa para su clase de Pilates, un hombre la abordó como si de un pirata se tratara y le dijo: usted no me conoce, pero la amo. Ella sonrió y contestó: de eso no sé nada, pero su tío murió de forma violenta. Esto fascinó al hombre, que confirmó aquello excavando en el jardín familiar, donde estaban enterrados los huesos de su difunto tío (no así los músculos, tendones y demás). Viendo las posibilidades de negocio, le propuso a Beatriz que montaran una agencia de espiritismo, a lo que ella se mostró reticente porque sospechaba que todo era una maniobra de distracción para seducirla. Él admitió que esto era cierto, pero que también quería hacer fortuna con ella y qué mejor que tener una red de informadores por todo el más allá. Tú y yo podríamos ser el gobierno en la sombra, le dijo de una manera que ella encontró, de pronto, de lo más romántica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué romántico...Una pareja entrañable; como Hitler y Eva Braun.

Ro dijo...

¿Qué opinaría Dante de todo esto?