Hoy hace cinco años que perdí la virginidad. Si fuera una persona normal, la habría perdido hace diez años, supongo. Es curioso lo relativo que es el tiempo: cinco años me parecen muchos cuando pienso en mi historia con Alba, pero parece que fue ayer cuando lo planteo en términos de virginidad. Hay que ver lo difícil que es convencer a una mujer para que lo acompañe a uno a la cama, al menos cuando eres una mezcla de Woody Allen y Charles Manson. Creo que es la moraleja de la historia.
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