Hoy he ido al médico, donde a los plebeyos nos tratan con dulzura. Es curioso, pero siempre que tengo algo pienso que será grave y mortal. Es normal que un neurótico como yo sea también un hipocondríaco, diréis. Pero resulta que cuando tengo que contarle al médico lo que tengo, me da por falsear los síntomas, minimizarlos. Por alguna razón estoy convencido de que si el médico piensa que no tengo nada, entonces, por acto de magia, no tendré nada. Lo peor es que soy consciente de todo esto, pero aun así me cuesta vencer la tentación de engañarle.
Me llama bastante la atención lo defectuoso que es el sistema sanitario. Yo hoy iba al médico sabiendo que no me iba a solucionar nada, puesto que tenía que mandarme al especialista. Pero no había ninguna manera de saltarse el trámite. ¿Por qué no puedo ir directamente al especialista? ¿Por qué no puedo hacer esta consulta por teléfono o incluso por internet, ahora que somos modernos? No, tenemos que perder el tiempo todos: el médico, los otros pacientes y yo.
Al final me han dado cita para febrero. He esperado a ver si me aclaraban que era la inocentada del día, pero no. En todo ese tiempo puedo curarme, ponerme peor o morirme, pero lo que importa, por lo visto, es si España es nación o no...
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