Un amigo me dijo una vez que en ocasiones las ex novias adoptan el papel de madre y empiezan a intentar dirigirte la vida (con buenas intenciones, como hacen las madres, generalmente). Alba, por ejemplo, siempre está buscando concursos de literatura a los que animarme a presentarme. También me dice que sigo siendo su escritor favorito, lo cual siempre es bonito. Yo me paso el día pensando en cortarme las venas, pero ella me habla de hacer dinero vendiendo literatura absurda. Las mujeres siempre han sido más prácticas, sin duda. De hecho, la mención especial del jurado (no de Cannes) que descansa sobre mi mesilla de noche la gané en una tim... en un concurso al que ella me sugirió que me presentara. Me lo sugirió de forma un tanto estalinista, pero a mí siempre me ha faltado disciplina. A lo mejor estoy exagerando, pero lo hago por el bien de la ficción.
También es la única que se acuerda de mi cumpleaños, o, al menos, la única que se preocupa de felicitarme. Y es la única que se acuesta conmigo... no, espera, eso no lo hace. Claro, será porque eso no lo hacen las madres, o al menos no lo hacen las que no están en la cárcel.
Qué casualidad, estoy escuchando "Over and over", de Neil Young y Crazy Horse, y no me había dado cuenta. ¿Será verdad que sí hay una banda sonora vital? ¿No había unos polacos tocando mazurcas en la calle el otro día cuando compré el pan? ¿Significaría algo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario