Me contesta por fin una editorial, casi nueve meses después. Un embarazo complicado, diría uno. Pero no, más bien un aborto, pues comienzan su respuesta con «ante todo». Casi no hace falta leer el resto, nada bueno puede seguir a esas palabras. Sin embargo, me produce cierta alegría que al menos se hayan tomado las molestias de responder. Un rechazo amable es mucho mejor que el silencio (aunque sea porque esto último te da esperanzas).
1 comentario:
Mire, por lo menos. Ta bien, eso, es una editorial decente.
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