jueves, 24 de abril de 2014

Escribir en alfombras

El escritor está solo en casa y se enfrenta al desafío de la página en blanco. Pero no puede. Se siente derrotado antes de empezar. Levanta la mirada hasta la pared blanca, la misma pared contra la que se está estrellando, piensa. Qué hacer. Qué hacer para que el cerebro carbure como es debido. De pronto, le molesta hasta la ropa. Se desnuda. Volver al ser primigenio. Todos nacimos desnudos, es lo natural. Se siente liberado, pero todavía no fluye la imaginación. Decide tenderse en el suelo, pero está un poco frío, así que va a la sala de estar y se acuesta en la alfombra. Mucho mejor. Las fibras le acarician la espalda. Se revuelca, feliz. Piensa en alfombras mágicas, en sobrevolar la misteriosa India o una Bagdad de cuento. En ese momento, entra su mujer.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Puedo explicártelo todo. Esto no es lo que parece.