viernes, 25 de octubre de 2013

El hombre que era una isla

A usted lo que le pasa es que es un náufrago sentimental, caballero. Todas sus relaciones zozobran y acaba siempre en una isla desierta: usted. Incomunicado, atento a la posibilidad de una vela en el horizonte, una salvación que nunca llega pronto. Y sólo para volver a repetir el proceso, pues no deja de navegar aunque está bastante claro que se le da fatal.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Pero, ¿y el placer de la navegación?

¿Hein?