martes, 10 de enero de 2012

La costumbre

—No se puede tener detalles continuos con vosotras. Por ejemplo, esto de llevarte un zumo de naranja a la cama sólo puedo hacerlo de vez en cuando. Imagina que fuera una costumbre diaria y algún día no cumpliera con ella. Seguro que te enfadarías, ya que lo considerarías mi obligación.
—No, pero me preocuparía; pensaría que pasa algo malo.
—¿Ves? No se os puede acostumbrar a nada bueno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y los masajes y eternas caricias de horas, luego se reducen a la mitad, siendo optimista :( But what is (tono resignado).

noia de vidre dijo...

jaajajajajajajaja

Ficticia dijo...

Toda una verdad.