lunes, 6 de junio de 2011
El otro mundo
Me gustan tanto tus fotos de paisajes, le dice él. Pero ella menea la cabeza y responde que no son fotos de paisajes. Luego le explica que Hemingway decía que muchas veces lo más importante en un relato es lo que no se cuenta. Con sus fotos pasa igual, afirma, pues lo importante es lo que no se ve: un cervatillo bebiendo en un río, pero fuera de campo; una familia que estaba detrás de la cámara; unos niños que harán un muñeco de nieve cuando llegue el invierno, aunque en la foto aparece un prado durante el verano; el sol en una foto nocturna; a veces, incluso la muerte. Todo lo que no se ve, pero que de algún modo estaba ahí, sólo visible para el espectador atento. La otra realidad, dice, el otro mundo. Y él guarda silencio, pues de pronto tiene algo de miedo.
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5 comentarios:
Lo verdaderamente nuevo da miedo o maravilla (Julio Cortázar: ¿Qué tal, López?).
Y ya está de citar al tipo éste.
Un poco melodramático, pero un gran pensamiento, me encanta.
Un poco melodramático, pero un gran pensamiento, me encanta.
Precisamente me he pasado media noche buscando en una foto a una persona que sabía que estaba allí. Pero cuando la ampliaba para ver su nariz que sobresalía por detrás de otra persona, la puñetera foto se autoanimaba como si fuese un video y mi personaje se perdía entre la multitud. El intento se ha repetido varias veces hasta que me he despertado.
Lo más entretenido es que lo hacemos todo el tiempo. Completamos las realidades que no vemos, o percibimos en el momento, con una realidad alternativa y propia.
Lo más interesante es Por qué la mayoría de nosotros completa las escenas, en general, con las mismas cosas si todos creamos una realidad individual
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