jueves, 23 de julio de 2020

9,9

Lo cierto es que me torturo con ese 0,1. Una pequeñez así me atormenta. Porque la tomo como un símbolo, la prueba fehaciente de que nunca es suficiente mi esfuerzo para alcanzar la perfección. Nunca soy suficiente, por concretar más. Y lo peor es que sé que de haber sacado un diez o una matrícula de honor estaría pensando que realmente no me merezco una nota tan alta. ¿Cómo va a ser mía de verdad la perfección, si nunca la he alcanzado del todo? Es agotador ser así, pero cómo ser otro.

1 comentario:

Ikana dijo...

Yo creo que se ha descontado en alguna parte