viernes, 8 de mayo de 2020

Pequeñas venganzas literarias

—A veces, cuando todo sale mal, me gusta escribir sobre ello y cambiar las tornas. Es muy agradable convertirme en una especie de divinidad tirana y manejar a mi antojo a todos los implicados como si fueran mis marionetas. Poco se habla de lo catártico que es dictar las acciones de otros y quedar como un héroe en la historia resultante.
—No sé de qué sirve eso, la historia sigue siendo falsa.
—Ya, pero es verosímil.

2 comentarios:

Sandra dijo...

El eterno debate en literatura del concepto de verosimilitud.
Por cierto, a mí también me pasa lo mismo. Se podría decir que escribir es como una "venganza".

Ikana dijo...

Si tiene sentido, no hay que buscar más