Muchas de las editoriales a las que escribí hace cinco años ya no existen. Me parece extraño haber durado más que ellas, que sin duda contaban con bastante más entusiasmo y dinero que yo. Sin embargo, aquí sigo. Y pienso que es un alivio que me rechazaran, pues seguro que de otra manera me sentiría culpable de su desaparición.
1 comentario:
Eso es pensar positivamente, sí señor.
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