viernes, 17 de abril de 2015

Incomodidades nocturnas

Me encierro en el cuarto de los trastos a escribir. Es de noche, pero aquí no puedo molestar a nadie con el teclear. Dónde estarán las musas, me pregunto. Ya podrían llevarme en volandas a un lugar más cómodo. Imagínalo y ya está, vago, podría decirme alguna ahora, que no van a hacer ellas todo el trabajo. Pongo los pies encima de una caja y le echo imaginación al asunto, pero nada. No hay imaginación que pueda sustituir a un buen sofá.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Se nota que no es Usted alérgico.