lunes, 9 de marzo de 2015

El programa

—¿Tienes algo que hacer esta noche? Podríamos tomar algo y...
—Perdona, pero no puedo salir contigo.
—¿No te gusto?
—No es nada personal, es que tengo mi vida perfectamente diseñada y tú no encajas en ella. Por ejemplo, mi futuro marido se llamará Adam, será de Boston y arquitecto.
—Eh, pero yo sólo hablaba de tomar algo, no de matrimonio.
—Ya, podríamos salir y pasarlo bien, pero es que a mí me gustan los hombres más espontáneos.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Como excusa no está mal. Se lo ha currado, al menos. En ese momento él, con una sonrisa, debe replicar: "Pues es una pena, porque no vale Usted tanto, señorita, como para que yo me cambie el nombre, y mucho menos para que me gradúe en una carrera tan aburrida y poco metafísica como es la arquitectura. Buenas noches", debe apostillar él, por fin, y largarse, antes de que a ella se le ocurra una réplica ingeniosa.

Al enemigo ni agua. Qué coño.