martes, 18 de marzo de 2014

El fantasma en la máquina

El mismo principio de las casas encantadas funciona en el caso del automóvil de Ignacio Pérez. El coche es de segunda mano y un anterior propietario murió en él: un picnic con la familia que salió mal (una indigestión fulminante). Desde entonces, el espíritu del muerto se manifiesta en el coche de diversas formas: cambiando el dial de la radio, encendiendo el intermitente a destiempo, desinflando la rueda de repuesto, cambiando el gato de sitio en el maletero, etc.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Un tren de lavado con agua bendita y santas pascuas.