Última llamada para su vuelo, pero él sigue sin dirigirse a la puerta de embarque. Dónde estará ella, se pregunta. Como si de verdad hubiera creído que iba a venir a despedirse de él. Las despedidas, reflexiona, son para gente que te importa. No te despides de gente que no existe en tu horizonte mental. No hay ninguna maldad en ello, es algo natural. Él, sin embargo, duda y apura el poco tiempo que le queda. Cuánta gente a la que no conozco yo tampoco, piensa. Y qué gran número de melenas rubias ve ahora que esperaba una concreta.
2 comentarios:
Éste es de los que más me han gustado hasta ahora. La última frase sobre todo.
Cuando una puerta se cierra, se abre una ventana desde la que se ven melenas rubias. Ole.
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