Aurora se acerca a la cuna para ver a su bebé, que por fin duerme, pero el horror la invade al descubrir que su retoño tiene una cucaracha en la frente. Su primer impulso es matarla de un zapatazo, pero se reprime, pues cómo va a golpear a su niño en la cabeza. También podría espantarla, pero Óscar siempre tiene problemas para dormir y el movimiento de la cucaracha podría despertarle. Ahora que por fin ha cogido el sueño... No, decide que lo mejor es no hacer nada, así que se sienta junto a la cuna y espera pacientemente, para no despertar a su hijo ni molestar a la cucaracha, que, inmóvil, parece dormir también.
4 comentarios:
JAJAJA Gran dilema!
Pero personalmente tengo mis dudas de que el movimiento de la cucaracha lo despertase. Son más delicadas de lo que parece: Hace no más de tres semanas, una cucaracha enorme se dedicó a escalar por mi pierna desnuda, y sólo la descubrí cuando ya estaba casi en la rodilla...
ARGH.
¡Qué temple le otorgas a Aurora!.
¿Por qué nos dan asco las cucarachas y no los grillos, con lo que se parecen?
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