—Hoy ha empezado el verano del amor.
—¿Eso no fue cuando los hippies?
—Sí, pero esto es distinto. Viene en el periódico.
—¿No será un periódico antiguo?
—Es de hoy.
—Bueno. ¿Qué es eso del verano del amor?
—Es una iniciativa del gobierno para que aumente el consumo. Y el turismo. Y la productividad.
—¿Y cómo? ¿En qué consiste el verano del amor?
—En que es verano y hay amor.
—Me parece algo un tanto vago.
—No, no, aquí dice que una comisión de expertos ha trabajado durante meses en ello.
—Me refiero a que no es algo concreto.
—Ah. Ya, no sé. Aquí dice que se improvisarán paquetes de medidas. Porque ése es el espíritu del verano del amor.
—¿Improvisar?
—Y relajarse. Todo irá mejor si nos tomamos las cosas con calma, pues la vida nos está esperando.
—No sé yo si de verdad nos espera...
—Que sí. Está obligada legalmente a partir de hoy.
7 comentarios:
Je, je. Hay cosas que sí que habría que legislar por Decreto.
Del amor, y del calor.
Y hay dormitorios que dan al Sur donde ambos son incompatibles.
¡Te has cargado el concepto, no es así!
Excelente, perfecta imagen del pueblo justificando medidas que no entienden, no conocen o que simplemente nunca existieron
muy bueno
If you're going to San Francisco...
Si es por ley igual este año no pasan de largo. El amor y el verano. Los dos.
Ni la vida ni el amor espera. Si esperamos nosotros a que pase, nos pasara la vida, nos habrá pasado el amor y ya no habrá verano del amor que vivir y disfrutar.
Estos políticos poco sabe de política, vida y amor. Pero si saben de esperar a que sucedan las cosas solas. Y así vamos.
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