viernes, 12 de noviembre de 2010

Ante el espejo

Leo cosas que escribí en el pasado y me descubro de nuevo. Qué bueno es este tipo, me digo. Y enseguida sé que no puedo igualarme. Mi antiguo yo es mejor. Es más joven y, por lo tanto, más ingenuo. Cree en cosas de las que yo me río. Que el esfuerzo tiene recompensa. Que van a reconocer sus méritos. Que la felicidad es posible. Qué idiota. Una energía envidiable, una prosa cojonuda, pero qué poco sabe de la vida.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

BUENO, PERO AHORA ESTÁS MÁS FOLLADO (QUE NO JODIDO)

Anónimo dijo...

qué duro es crecer!

Microalgo dijo...

Y bueno. Ha adquirido Usted un dominio del uso de las comas que tal vez no tenía antes.

Y la perspectiva. No pierda de vista la perspectiva.

- dijo...

Estamos todos igual, tío. Lo cual no es un consuelo, sino pura mierda.

NieblA dijo...

Otra vez leyendo en mi cabeza :)

Lázarus dijo...

No se si habrá perdido usted energía, pero por suerte, a día de hoy, la autocompasión sigue moviendo montañas.

Gabriel Noguera dijo...

Vaya, pues a mí se me da fatal.

Korscha dijo...

Me pasa, algunas veces.

Me divierte, creo yo... leerme entre espacios de ayer y darme cuenta que el tiempo pasa, sí que pasa... Saludos