lunes, 18 de enero de 2010

Nuevas formas de romanticismo

Ella me dibuja un corazón en el pecho, pero a la derecha, para que sea un corazón diestro que utilice el hemisferio cerebral izquierdo. Un corazón analítico que haga de contrapeso al otro.
Yo me acuerdo del infierno de Dante y le escribo a la altura del corazón: «quien entre aquí, que abandone toda esperanza».

No hay comentarios: