jueves, 24 de septiembre de 2009

La feligresa

—Padre, he visto el rostro de Dios.
—¿Dónde?
—En una caja de cereales, al abrir la alacena.
—¿Seguro que era Dios?
—Sí. Le vi en su gracia infinita y supe que después de ese desayuno todos mis pecados quedaban perdonados.
—Dios actúa de forma que los mortales no podemos comprender, sí, pero presentarse en los cereales…
—Siempre hay una primera vez para todo. Me dijo que soy la elegida por ser la más fiel de las feligresas. Por cierto, me explicó que «feligresa» es una palabra que se forma con la apócope de «felina» y la aféresis de «tigresa».
—¿Eso te dijo Dios?
—Entre otras cosas. Estuvimos hablando toda la mañana.

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