miércoles, 11 de abril de 2007

Putadas de la mente

Hace tiempo leí en la prensa el caso de un hombre que, poco antes de jubilarse, perdió todo lo que tenía por las malas artes de una mujer joven y deseable que le había ofrecido el oro y el moro. Me parece que estas cosas pasan porque queremos creer en la fantasía. Por eso los hombres estamos dispuestos a creer enseguida que una mujer enloquecedora nos ama. En fin, así es normal que tanta gente crea en algún dios.

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