Stanley Illis, poeta, vividor ocasional, amante de las mujeres y el vino, creador del mantra generacional "viva la puta droga", se mete una raya de coca y llama preocupado a un amigo preguntándole si puede sufrir una hemorragia cerebral a causa de ello. Se despide comentando algo de consultar un librito sobre drogas editado por el Ministerio de Sanidad.
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