jueves, 22 de septiembre de 2022

La pena y lo absurdo

Un año ya de la muerte de mi padre. Parece que fue ayer, y es que un año es poco tiempo, un instante fugaz para la historia de la humanidad. Mi padre murió y el mundo no se detuvo, ajeno al dolor de nuestra familia. Hubo que pasar de igual manera por más malos momentos, añadidos crueles de personas miserables. También hubo que soportar la soledad en una localidad extraña, la rutina aburrida del día a día cuando no tienes tiempo para ti ni nadie cerca que te dedique una palabra amable. Y en ningún momento se ha borrado la sensación de que todo esto es imposible.

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