jueves, 11 de agosto de 2022

83

Hoy mi padre habría cumplido ochenta y tres años. El año pasado le dieron el alta este mismo día. Le quedaba de vida menos de mes y medio. Feliz cumpleaños, vuelva usted a su casa a morir. Una vez más, el fracaso de la orgullosa civilización frente al implacable cáncer. Ochenta y tres no es tanto, podría estar vivo ahora mismo; a menudo me cruzo con ancianos ajados y pienso que por qué no él. Nacido en 1939, después de la Guerra Civil y unas semanas antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Tiempos difíciles para un hijo de los vencidos. Qué traición tan grande que en la vejez simpatizara con los vencedores. Toda vida acaba en derrota.

1 comentario:

jisakiel dijo...

Joder.

Un abrazo.