Estamos hechos para el rencor. Las cosas buenas que hagamos no cuajan en los demás, se dan por seguras y por lo tanto no tienen valor. Pero los agravios se tendrán siempre presentes. Seguramente por una cuestión de ego: ¿quién te has creído que eres para hacerme algo así? Tú, que tendrías que rendirme pleitesía y entregarme tu rendida dedicación. Los actos de rebeldía contra la autoridad siempre serán duramente castigados.
1 comentario:
Oye, pues puede que no andes tan mal desencaminado xD
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