—La otra mañana, mientras cruzaba el puente, apareció de pronto una rata enorme.
—¿Te atacó?
—No, por suerte se escondió enseguida.
—Puede que la rata tuviera más miedo que tú.
—Yo no sentía miedo, sino un profundo asco.
—Lo mismo es.
—Perdona, ¿estás sugiriendo que soy asquerosa incluso para una rata?
—¿Qué? Nada de eso, lo que digo es que los animales son distintos a nosotros y a saber qué le pasó por la cabeza.
—¿De verdad te preocupan más los sentimientos y motivaciones de la rata que los míos? ¿Sabes lo ínfima que me siento ante tus ojos?
—Pero...
—Eres lamentable.
4 comentarios:
Ups XDDD
Las ratas son animales inocentes, las personas no.
Ella estaba dispuesta a ofenderse y cuando eso sucede no hay argumento que sirva, para evitar esa ofensa.
Se ha portado como una rata, pero la otra se ofende como un ratón. Saludos.
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