—Oiga, ¿qué coño hace arrancando las páginas de ese libro? ¡Páguelo ahora mismo!
—Nada de eso, estas páginas me pertenecen.
—¿Qué dice? Si todavía no ha comprado el libro.
—Pero lo he escrito yo, ¿sabe? Y recibo un diez por ciento de cada ejemplar vendido, lo que pasa es que he discutido con mi editor y ahora estoy yendo de librería en librería para negarle al público mi diez por ciento de cada libro. ¿No le parece una protesta justa?
2 comentarios:
Pues... tiene sentido, la verdad... pero romper libros es un sacrilegio (a no ser que sea un peñasco jaja)
Aún no nos empiezan a leer y ya estamos reclamando un porcentaje???
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