Mi hotel era como una cárcel británica que alguien hubiera decidido convertir en residencia de huéspedes, pero sin ponerle ningún empeño. De hecho, es posible que la moqueta llevara allí desde los tiempos en los que Churchill hizo la mili. Pero tampoco podía quejarme por ese precio, que incluso tenía baño propio. Y calefacción (un día me la dejé puesta y al regresar por la noche era como estar en un hotel de alguna región tropical). Y televisión, aunque en la página web de Booking decían que no. Una noche pude ver The Graham Norton Show.
1 comentario:
Bueno, es una moqueta con historia XD Si las moquetas pudieran hablar jajajaja
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