—Este señor que me acompaña es mi agente literario.
—¿En serio? Parece un gitano que se ha encontrado en la calle.
—No sea racista.
—Perdone, ha sido la sorpresa. Aquí tiene el contrato, para que le eche un vistazo.
—Dice mi agente que cualquier acuerdo es bueno para mí, que dé gracias.
—¿Cómo?
—También me dijo que no lo comentara en público, pero me he despistado.
2 comentarios:
Al perro todo son pulgas.
Esse agente güeno ahí.
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