—Porque yo merezco una oportunidad.
—¿Por qué?
—¿Cómo dice?
—Justifique esa afirmación. ¿Por qué cree usted merecer una oportunidad?
—Soy un ser humano, tengo derechos.
—Sin duda. Pero eso no significa que todo el mundo merezca una oportunidad. Para empezar, tendrá usted que ser apto para la tarea, digo yo.
—¿Qué?
—¿Creía que bastaba con desearlo? ¿Con desearlo mucho? No me haga reír. Y todavía más importante: no me haga perder el tiempo. Porque reír está bien como pasatiempo, pero no me hace ganar dinero.
1 comentario:
Malditos neoliberales.
Publicar un comentario