Planificar las cosas tiene la ventaja de que estás preparado para lo que viene. Pero siempre hay imprevistos que lo desmontan todo. Así que en realidad es mucho mejor dejarlo todo a la improvisación, pues requiere bastante menos esfuerzo y no te sientes frustrado cuando todo se viene abajo.
1 comentario:
Dejémoslo en un fifty-fifty, ande.
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