viernes, 13 de abril de 2018

Las verdades del barquero

Los muertos siempre quieren justificarse ante mí, como si yo pudiera interceder ante ellos en su juicio. Es como si la muerte les hubiera sorbido el seso y no entendieran la función de un barquero. Claro, conocen el nombre de Caronte y eso les basta para contarme sus vidas. «Yo fui esto y aquello», me confían, «y tuve muchos sueños que ya no podré cumplir, ¿qué me espera ahora? ¿Hay vida después?». Y yo callo y sigo remando, pues sólo me compete llevar a buen término la travesía.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Un día se comprará un motor fuera borda y se acabará la cháchara.