domingo, 17 de diciembre de 2017

Del invierno

Frío. Camino por la calle con el cuerpo encogido en un intento fútil de conservar el calor. Esto no puede ser sano. Mi corazón bombea sangre caliente para evitar mi muerte, pero los pulmones se me llenan de aire gélido en cada respiración. El ser humano no está ya preparado para estar a la intemperie, por muchas capas de ropa que se ponga. Al menos, no yo, que quiero regresar a mi cueva civilizada, acogedora y cálida y dormir hasta que llegue la primavera.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Como un ozito. ¡Pues no! A escribir o voy y le hago un Misery.