Diríase que mi estado natural es la tristeza y que vuelvo siempre a ella igual que alguien regresa cada día a casa. Pero hablamos de una casa inhabitable, con corrientes de aire, humedades y fantasmas que recorren sus pasillos por la noche, llenándolo todo de lamentos.
1 comentario:
Qué coñazo, escuchar siempre lamentos. Son mejores los alaridos.
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