domingo, 4 de junio de 2017

Del escritor y la nada

Escritores hay muchos. Demasiados. Buenos, malos y regulares. Hace falta algo especial para destacar. ¿El qué? Estar en el lugar adecuado, por ejemplo. Suerte. Caer en gracia porque se tiene un rostro agradable. Simpatía. Contactos. No basta con dejarse la vista frente a la pantalla del ordenador mientras redacta frases con mayor o menor fortuna, es necesario algo más.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Y claro.

Por ejemplo, insisitr hasta la náusea (de los otros, preferentemente, que no está Usted para mucha vomitona).

Y los contactos no vienen nunca mal. Porejemplomente: yo le regalo un libro de Usted a un amigo, a este caballero (que de otra manera tal vez no habría puesto la vista sobre un texto suyo ni de coña, por puro desconocimiento) le parece Usted un figura (porque él es un magnífico lector y un estupendo escritor, y sabe de estas cosas) y entonces le propone a Usted dar un curso de literatura. Todos ganan, y la cosa surge a partir de contactos (eh, que no es mérito mío, yo no pedí nada y si Usted no escribiera como escribe, él no habría contado con Usted para tal cosa).

Eloy Tizón (que es Eloy Tizón) nos contaba que subsiste gracias a cursos, conferencias y talleres. No a sus libros. Y repito, es Eloy Tizón. Definitivamente, lo de los contactos hay que trabajarlo. No hay más remedio. Lo siento, sé que no le gusta, pero tendrá que hacerlo a no ser que prefiera que se le reconozca su trabajo de manera póstuma (cosa que no le va a aprovechar a Usted nada).

O mire, no, no me haga caso. En el fondo no soy más que un biólogo con suerte y con las espaldas cubiertas: desde mi posición es fácil dar consejos paternalistas y terráqueos. Haga Usted lo que le pida el cuerpo, que cada uno es cada uno y sabe de qué está herido. En fin.