viernes, 10 de octubre de 2014
Sonia
Querida, los años se marchan y nosotros permanecemos. Veintitrés tenías cuando nos conocimos, ahora son veintisiete. Es extraña la realidad: tanto vivido en un suspiro. Y todo gracias a ti, que iluminas una vida destinada en principio a la oscuridad absoluta: la mía. Es extraña la realidad, repito: que yo naciera en un extremo de Suecia y tú, nueve años después, en uno de España y sin embargo acabáramos encontrándonos. Qué azaroso devenir de acontecimientos fue necesario para ello. Qué magia. Qué ficciones vestidas de realidad o viceversa. Y qué inesperada habilidad por mi parte para embaucarte a compartir tu vida conmigo. O qué ingenuidad la tuya. Es extraña la realidad. Y muy bonita, contigo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Oh, (:
Nogueragüena.
Mire, me he inventado un palabro.
Publicar un comentario