viernes, 25 de julio de 2014

Del vampirismo estival

El calor, la sed, el sudor que cubre el cuerpo y sin embargo no refresca en absoluto. Hace demasiado calor incluso para respirar, así que ni pensar en jugar a ser escritor. No, hay que buscar refugio en la total oscuridad y, en silencio y quietud, esperar a la noche, entonces podremos por fin despertar y vivir como vampiros. Vampiros literatos que ansían tinta en lugar de sangre. Alguna chorrada así.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Pues a esa hora cuidado con los mosquitos. Que esos SÍ que son vampiros.