martes, 3 de junio de 2014

El finalismo

Te metes en la final y lo ves cerca, lo ves posible. Puedes ganar, lo estás rozando con los dedos. Y qué bien te vendría ese dinero. Por fin, ahora que estás sin un duro. Pero pasan los días y no te llaman. Finalmente, te escriben para invitarte al acto de lectura del fallo. Está abierto al público, te dicen. Ya está, has dejado de importar en la ecuación. Dejas de ser autor, ahora eres público. Público de otro. De un autor de verdad. Y en realidad les da igual si vas tú o cualquier otra persona, lo único que necesitan es público. Por eso no les importa hacerte este feo de pedirte que asistas a la coronación de otro. Venga usted a aplaudir y envidiar la gloria ajena. Como si la mujer que amas te invitara a su boda. Algo así.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, si la mujer que amas te invita a su boda, siempre puedes aprovechar el "hable ahora o calle para siempre" para trollear un poco.

Microalgo dijo...

Por ejemplo. O acabar USTED SOLO con todos los canapés.