jueves, 1 de mayo de 2014

Las tijeras

En el otoño de su vida, el afamado escritor descubrió que los recuerdos eran una novela y el alzhéimer un editor severo que recortaba pasajes sin parar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

maravilloso

Anónimo dijo...

Tenía editor, y tenía novela, pero el escritor no aparecía por ninguna parte. Lamentablemente, todos los recuerdos se le aparecían como una maraña imposible de ordenar, o de enhebrarla con un cierto sentido, y encima el editor (que no tenía ni puta idea de Literatura) se los borraba sin piedad.

Microalgo dijo...

Eso sí que es ser otro. Otro nadie. Qué miedo.